Asumió, con todos los sinsabores que acarrea, el ser uno de los primeros actores en tomar posición política en tiempos de la grieta. Y aunque su decisión le valió dolores de cabeza, golpes bajos y hasta la pérdida de algún trabajo, no cesa en su lugar de referente cultural y popular del peronismo.

Pablo Echarri es de los pocos que decidieron hacer algo desde su lugar de ídolo, de aprovechar que su voz es más escuchada que la del ciudadano de a pie.

En Infobae lo pusieron a prueba y le hicieron la pregunta que ningún kirchnerista puede responder con entusiasmo, y es sobre el rumbo del gobierno en estos cuatro años.

Con toda sinceridad blanqueó que el gobierno no colmó sus expectativas, pero sin embargo no se deja engañar por propuestas que esconden lo que son.