Viernes 9 de agosto. Mauricio Macri se siente confiado. Las últimas encuestas que le llegan al escritorio hablan de una paridad. Los mercados lo sienten, un leve repunte en las acciones de empresas argentinas así lo demuestran. La posibilidad de un balotaje lo entusiasma. Habrá cotillón en el bunker. María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta y Marcos Peña están tranquilos. Este será el último día en que la tropa de Cambiemos aún se sienta con poder.

Domingo 11 de agosto. La desolación se evidencia en las caras de todos. María Eugenia Vidal no puede asimilar la terrible derrota en manos de Axel Kicillof. Dejó de ser el caballito de batalla de Mauricio Macri y la culpa, lo sabe, la tiene Marcos Peña que no permitió desdoblar las elecciones en la Provincia de Buenos Aires. Elisa Carrió trata de evangelizar a la tropa y en un acto de impulsividad echa a Jaime Durán Barba del bunker.

Los días pasaron y Mauricio Macri cree que sus asesores lo engañaron. Siente que las encuestas y las mediciones de focus grup fueron el Diario de Irigoyen que, sin que él pudiera prepararse, cavaron su fosa. Marcos Peña sigue en el Gobierno pero es el más cuestionado por los funcionarios cercanos al Presidente y Jaime Durán Barba fue separado de las decisiones de la campaña.

El Presidente pasa las noches mirando Netflix y tiene problemas para dormir. Su único consuelo fuera de la política es el deporte. María Eugenia Vidal prepara su futuro en solitario. Siente que entregó todo su capital político y se amparará en los legisladores provinciales y en las intendencias que retenga. Rodríguez Larreta, en tanto, teme porque en CABA solo se cortó un 1,8% de las boletas y la imagen de Mauricio no para de bajar.

En la Quinta de Olivos se empieza a vivir un clima de duelo. Macri, en público, se muestra optimista y con Peña tratan de convencer a los otros de que la posibilidad de ganar aún existe pero muchos funcionarios ya están en tratativas de pasarse al ámbito privado, tal es el caso de Emilio Monzó y Nicolás Massot que quieren abrirse una consultora. Larreta por su parte le habló a su tropa y les aseguró que CABA no será refugio de funcionarios de otros distritos; claro si es que logra zafar del balotaje.

Fueron varios los ministros y legisladores que le recriminaron a Macri no haber hecho caso a la idea de declinar su candidatura y armar una PASO entre el peronismo federal y María Eugenia Vidal, que hasta ese momento tenía un caudal de votos mucho mayor. Hay un funcionario que esta idea se la mencionó al menos unas tres veces. Mauricio, en ese momento, solo escuchaba a Peña y ahora, como sabemos, se lamenta en silencio.