"Recalcó el diálogo entre todos los países de la región, hablamos de la unión de Sudamérica", dijo la presidente en el contacto que mantuvo con la prensa tras finalizar su almuerzo con el Papa.

Cristina contó que el deseo de Francisco es "no separarse, mantener la unión de América del sur”, aunque aclaró que “no se refirió a ningún país en particular”.

Cuando lo consultaron sobre cómo encontró al Papa al cumplirse un año como máximo referente de la iglesia, dijo: “Lo veo muy bien, muy tranquilo y muy seguro”.

"Me esguince, sí, como sucede cuando uno se dobla el tobillo, es un esguince de primer grado", repitió.

Un periodista europeo le remarcó la convivencia entre personas de distintas religiones que existe en Argentina, entonces la presidenta remarcó que "hay que escucharlo nada más en sus intervenciones, está claro, y hasta en su propia práctica, ha trabajado mucho en el diálogo interreligioso".

Sobre su viaje a Francia, detalló: "A Francia vamos porque estamos invitados, Argentina es invitada de honor en el salón del libro, es una de las muestras más imprtantes en materia literaria, y es especial este año en que habrá homenajes a Cortázar, Juan José Saer y a Joaquín Lavado". Además, contó que el miércoles almorzará con el presidente Francois Hollande".

En tanto, a las 17 hs del martes, realizará una parada frente a la tumba de Napoleón, de quien dijo: "Fue un genio, un estratega, él también quería la unión europea", y bromeó: "Aunque la quería bajo la conducción de Francia o Alemania". Enseguida aclaró que era "un chiste, no quiero líos con la prensa", y remató sobre Napoleón: "Transformó su época".

Pidió no hablar del Código Penal. "Estamos en relaciones internacionales", se disculpó. Y volvió a explicar que ella no podía opinar sobre la actividad del Papa, cuando lo consultaron sobre si había hablado con Francisco de la reunión que mantendrá con el presidente norteamericano Obama.

El almuerzo

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner culminó su encuentro con el papa Francisco a las 16 hora local (12 de nuestro país), al cabo de un extenso encuentro que se prolongó por espacio de casi tres horas, tras lo cual la mandataria se dirige hacia el aeropuerto romano de Ciampino.

Cristina y Francisco compartieron una reunión y un ameno almuerzo en la residencia Santa Marta del Vaticano, donde el sumo pontífice aguardó a la mandataria en la puerta para ingresar juntos y mantener el almuerzo programado. Allí, Francisco descubrió el esguince de la presidenta.

Este fue el tercer encuentro de Cristina Fernández de Kirchner con el Papa desde que Jorge Bergoglio fue elegido titular de la Iglesia Católica. El primero fue el 18 de marzo del año pasado en el Vaticano, cinco días después de la sorpresiva elección.

En aquella reunión, que consistió en un almuerzo a solas que se extendió durante más de dos horas, la mandataria le pidió su "intermediación" en el pedido de diálogo a Gran Bretaña por la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas.

Cuatro meses más tarde, el 28 de julio, Cristina y Francisco coincideron en Río de Janeiro (Brasil), en el marco de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud.

Posteriormente, en octubre de 2013, el Papa le envió un telegrama a la Presidenta -recién operada de un hematoma subdural- para desearle el "total restablecimiento de su salud" y pidiéndole a la Virgen "que la fortalezca para que pueda volver a sus responsabilidades cotidianas".

Cristina, que fue la primera mandataria recibida por Francisco durante su papado, es también la primera jefa de Estado en reunirse con él tras cumplirse el primer año de su pontificado.

Después de reunirse con el Papa, la Presidenta viajará a Francia, donde fue invitada por el primer mandatario de ese país, Francois Hollande, para visitar la capital gala y concurrir al Salón del Libro de París, donde este año la Argentina es invitada especial.

La jefa de Estado arribó ayer al aeropuerto internacional de Ciampino, y luego se trasladó hasta el hotel Eden, lugar donde se hospeda, ubicado a metros de la histórica avenida Vía Veneto, en el barrio romano de Trevi.

Cristina fue recibida en las puertas del edificio por algunos trabajadores del Eden -entre ellos el cocinero, que se acercó especialmente a la entrada del establecimiento para saludarla- quienes le entregaron a modo de bienvenida un ramo de rosas rojas en nombre de todo el personal.

Junto con la Presidenta arribaron el canciller Héctor Timerman; el secretario de Culto, Guillermo Olivieri, y el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro, quienes también saludaron a los trabajadores del hotel, especialmente a Walter, uno de los mozos, de nacionalidad argentina y afincado en Roma desde hace más de 20 años.