El caso del fueguino de la UCR Pablo Blanco no es el único pero le sirvió de ejemplo a la vicepresidenta para recordarles a todos que los senadores no pueden leer como parte de sus ponencias.

En el caso de querer incluir un texto en su alocución tranquilamente pueden insertar el texto en sus discursos pero de ningún modo pueden leer.

Blanco lleva más de dos años como senador por lo que cuesta creer que aún no conozca el reglamento o le falte el respeto a la Cámara y a quienes representan.