Cristina Kirchner mencionó que unos días después, en enero de 1930, se realizó una sesión en la Cámara alta en la que un senador radical ligó el atentado contra el líder radical a la "actitud intemperada de la prensa".

"Siempre hubo grupos, pequeños, pero de gran poder, que quieren suprimir, eliminar al que piensa diferente. Tenemos la obligación de retomar un camino que costó mucho en la Argentina", propuso la Vicepresidenta.

Destacó que cuando Sabag Montiel quiso disparar su pistola Bersa contra su cabeza "fueron los militantes los que aprehendieron a quien me intentó matar, no la policía".

Agregó que "no solo lo detuvieron, sino que impidieron que, fracasado el primer disparo, lograra montar otra vez el arma".

En ese aspecto, resaltó que "no hicieron justicia por propia mano, sino lo que corresponde a ciudadanos democráticos y cristianos: lo entregaron a la ley", en referencia al arresto civil.

"No creo que tengamos que sancionar ninguna ley especial. Lo que hay que poner es mucha institucionalidad y respeto cívico", alentó.

Añadió que le gusta "vivir en orden", pero que está basado en "el (orden) que dimos en nuestro Gobierno, que era que la familia coma toda junta, que los pibes vayan al colegio a estudiar y no a comer".

"El orden del palo y la bala no es orden. Aparte dura poco tiempo", sentenció. No obstante, rescató que "lo más grave no es" lo que le pudo haber pasado a ella, sino "haber roto un acuerdo que había en la Argentina desde 1983".

La Vicepresidenta agregó que "la recuperación de la democracia no fue solo que se vuelva a votar", sino "recuperar la vida y la racionalidad de que se pueda discutir en política", y advirtió que "lo que pasó el otro día fue una ruptura de eso que tenemos que volver a reconstruir urgentemente".