Con cerca del 50 por ciento de imagen positiva, Cristina Fernández de Kirchner inicia este miércoles su octavo año al frente del Poder Ejecutivo Nacional. Así lo demuestran los resultados de las encuestas realizadas en las últimas semanas por las consultoras Poliarquía, Aresco y Rouvier y Asociados, entre otras.

Ello se debe particularmente a que, tras siete años de gestión, la Presidenta de la Nación sigue teniendo en sus manos la iniciativa política, tanto en lo referido a medidas locales tendientes a avanzar en el plano de los derechos políticos y sociales de las mayorías, como en el plano internacional, especialmente en lo referido a la batalla legal que mantiene nuestro país con los fondos buitre.

Durante su séptimo año de mandato, Cristina sostuvo la iniciativa a través de proyectos que llegaron al Congreso y se convirtieron en ley, como la nueva moratoria jubilatoria (Ley 26.970), que permite incrementar el número de beneficiarios actuales y potenciales, alcanzando un total de 473.814 personas.

También deben tenerse en cuenta la actualización de la Ley de Abastecimiento, con el fin de proteger a los usuarios de los abusos de posición dominante de las empresas monopólicas; y la unificación del nuevo Código Civil y Comercial, que fue convertido en ley el 2 de octubre y reemplazó al texto de más de 4.500 artículos, sancionado en 1869.

A estos logros se sumó en el último mes la reforma del Código Procesal Penal, que reemplaza el sistema inquisitivo por otro acusatorio y establece un máximo de tres años el tiempo para resolver sobre una causa. Además, a partir de esta reforma, se crean 17 nuevas fiscalías y 1.713 nuevos cargos en las fiscalías y defensorías de todo el país.

Por otra parte, la batalla legal con los fondos buitre atravesó la agenda política del año y cosechó apoyos en cumbres y encuentros internacionales entre los que se destacó el respaldo en la ONU (Organización de Naciones Unidas), la cumbre de los BRICS, la cumbre del G-20 y la reciente cumbre de UNASUR.

Más tarde, en la Cumbre del G-20 realizada en Australia, el documento final del encuentro que reunió a los países más poderosos del mundo, foro del que Argentina forma parte, incluyó en un hecho histórico la cuestión vinculada a la problemática de la reestructuración de deuda soberana.

Y el año finalizó con un apoyo contundente a nuestro país en la ONU, que ratificó el apoyo a nuestro país al votar la decisión de iniciar las discusiones para la creación de un marco legal multilateral para los procesos de reestructuración de deuda soberana, e impulsó además el armado de un comité ad hoc para llevar adelante la negociación y estableció un calendario de reuniones de trabajo.

En términos de gestión, la renovación de los trenes en el área metropolitana después de décadas y el lanzamiento al espacio del Arsat 1, el primer satélite geoestacionario latinoamericano de telecomunicaciones diseñado y fabricado en nuestro país, se destacaron junto a una serie de medidas contracíclicas frente a la crisis financiera internacional, como los planes de estímulo al consumo Procreauto y Ahora 12.