Cristina Fernández de Kirchner aseguró que "soñar con la equidad de género en un país inequitativo es una ilusión", al pronunciar un discurso en la "Reunión de Líderes Mundiales sobre Igualdad de Género y Empoderamiento de la Mujer: Un Compromiso a la Acción", realizada en el marco de la 70° Asamblea de la ONU.

La mandataria argentina pronunció un breve discurso en la reunión sobre igualdad de género celebrada hoy, donde afirmó que "nuestro país ha sostenido tres ejes para la igualdad de género: la autonomía económica, la autonomía política y personal, y la autonomía social".

"El desarrollo de estos tres ejes sólo se puede dar en un país donde haya un proceso de inclusión global, con desarrollo y crecimiento económico. Soñar con la equidad de genero en un país inequitativo con grandes brechas sociales, es simplemente retórica o ilusión", afirmó.

A su vez, afirmó que "es necesario romper fronteras culturales que consideraron históricamente a la mujer un ser inferior al hombre".

En este sentido destacó las políticas de inclusión social desplegadas por su gobierno durante la última década, entre las que mencionó la asignación Universal por Hijo, la asignación por Embarazo y "la intensa promoción de la educación pública que junto a las de identidad de género y protección de la mujer, ha generado una fuerte reducción de la desigualdad".

La denominada "Reunión de Líderes Mundiales sobre Igualdad de Género y Empoderamiento de la Mujer: Un Compomiso a la Acción", se desarrollará en el marco de la 70 Asamblea de la ONU, y en la misma jefes de Estado de diferentes países se comprometerán a asumir compromisos concretos sobre cómo cerrar las brechas existentes en esa temática.

El discurso completo de Cristina Fenández:

Muy buenos días a todos y a todas.
Señores Jefes y Jefas de Estado; señor presidente de la República Popular China, Xi Jinping: nuestro reconocimiento y agradecimiento a su país y a su persona, si en cuya decisión y voluntad hubiera sido más que difícil realizar este Encuentro de Mujeres.
En principio, hemos sostenido históricamente que tres son los elementos o los ejes para lograr realmente la igualdad de género. La autonomía económica, la autonomía política y personal y la autonomía social.
Ahora bien, el desarrollo de estos tres ejes solamente puede darse en una sociedad, en un país en donde haya un proceso de inclusión social global con desarrollo y crecimiento económico. Soñar con la igualdad de género en un país inequitativo, en un país con grandes brechas sociales, es simplemente retórica o ilusión.
Por eso en la República Argentina, hemos desarrollado un fuerte proceso de inclusión social que ha traído aparejado también obviamente la mayor oportunidad de igualdad para la mujer; programas y políticas activas como la Asignación Universal por Hijo, la Asignación Universal por Embarazo, la promoción cada vez  más intensa por la educación pública y gratuita desde el nivel inicial hasta la universidad, ha permitido paulatinamente junto a leyes de identidad de género de protección de la mujer, un fuerte descenso en la brecha de desigualdad.
Sin embargo, aún en las sociedades más desarrolladas sigue habiendo una desigualdad de género que es el acceso a los sistemas de decisión política de un país.
Por ejemplo, en mi país la matrícula académica universitaria es muy importante la presencia femenina. El día viernes, en un acto antes de venir aquí, en la Facultad de Odontología de la Ciudad de Buenos Aires, la matrícula de mujeres odontólogas de universidad gratuita es del 85 por ciento.
También supera la participación en el Parlamento, lo establecido por las leyes. Una mujer es Presidenta reelecta de mi país, pero sin embargo la discriminación aún permanece, porque por fuera de la discriminación política, económica y social persiste fuertemente en todas las sociedades una discriminación cultural hacia la mujer.
Es más, aún aquellas que ocupamos un alto grado en la primera magistratura del país, muchas veces las críticas que sufrimos no son críticas políticas, sino son críticas sexistas porque aún ocupando las más altas magistraturas, hacen diferencia.
Por ello, creo que además del desarrollo económico la necesidad de tener protección es necesario romper fronteras culturales que han considerado a la mujer durante siglos un ser inferior o menos inteligente que los hombres.
Por eso creo que las políticas también deben estar destinadas a la cultura, a que precisamente empoderar a la mujer, no sea solamente una cuestión de obligación por firmar convenciones o adherir a tratados internacionales, sino que sea la profunda convicción en el corazón de los hombres y aún de las propias mujeres que muchas veces nos discriminamos entre nosotras mismas muy injustamente.
Por eso, señor Presidente, señores y señores presidentas, quiero hacer un firme llamado a los corazones y a las mentes para derrumbar tabúes y prejuicios respecto de nosotras y que las críticas que recibamos sean exactamente del mismo tenor que reciben ustedes los hombres, que no tengan que ver con nuestro sexo, que no tengan que ver con nuestro género. Ese es, finalmente, el gran llamado que queremos hacer.
Hemos alcanzado en Argentina un alto grado de igualdad. Igualdad que debe extenderse también a los jóvenes y a todos los sectores de la sociedad. Porque no solamente encontramos discriminación en las mujeres, la encontramos también en los ancianos, en los pobres, cualquiera sea su sexo.
Por eso, esa debe ser la lucha. Y las mujeres debemos encararla con mayor fuerza, porque es por nuestros hijos y por nuestros nietos.
Y en cuanto, finalmente para terminar, señor Presidente, señor Secretario General, Primer Ministro de Dinamarca: no se sienta mortificado por el error que tuvo al dirigirse al Secretario General de Naciones Unidas, tal vez haya sido una premonición de quién debe ser Secretario General de Naciones Unidas para la próxima temporada y dar muestras aquí en Naciones Unidas, que también la discriminación ha terminado.
Muchas gracias a todos y a todas.

Muy buenos días a todos y a todas.
Señores Jefes y Jefas de Estado; señor presidente de la República Popular China, Xi Jinping: nuestro reconocimiento y agradecimiento a su país y a su persona, si en cuya decisión y voluntad hubiera sido más que difícil realizar este Encuentro de Mujeres.
En principio, hemos sostenido históricamente que tres son los elementos o los ejes para lograr realmente la igualdad de género. La autonomía económica, la autonomía política y personal y la autonomía social.
Ahora bien, el desarrollo de estos tres ejes solamente puede darse en una sociedad, en un país en donde haya un proceso de inclusión social global con desarrollo y crecimiento económico. Soñar con la igualdad de género en un país inequitativo, en un país con grandes brechas sociales, es simplemente retórica o ilusión.
Por eso en la República Argentina, hemos desarrollado un fuerte proceso de inclusión social que ha traído aparejado también obviamente la mayor oportunidad de igualdad para la mujer; programas y políticas activas como la Asignación Universal por Hijo, la Asignación Universal por Embarazo, la promoción cada vez  más intensa por la educación pública y gratuita desde el nivel inicial hasta la universidad, ha permitido paulatinamente junto a leyes de identidad de género de protección de la mujer, un fuerte descenso en la brecha de desigualdad.
Sin embargo, aún en las sociedades más desarrolladas sigue habiendo una desigualdad de género que es el acceso a los sistemas de decisión política de un país.
Por ejemplo, en mi país la matrícula académica universitaria es muy importante la presencia femenina. El día viernes, en un acto antes de venir aquí, en la Facultad de Odontología de la Ciudad de Buenos Aires, la matrícula de mujeres odontólogas de universidad gratuita es del 85 por ciento.
También supera la participación en el Parlamento, lo establecido por las leyes. Una mujer es Presidenta reelecta de mi país, pero sin embargo la discriminación aún permanece, porque por fuera de la discriminación política, económica y social persiste fuertemente en todas las sociedades una discriminación cultural hacia la mujer.
Es más, aún aquellas que ocupamos un alto grado en la primera magistratura del país, muchas veces las críticas que sufrimos no son críticas políticas, sino son críticas sexistas porque aún ocupando las más altas magistraturas, hacen diferencia.
Por ello, creo que además del desarrollo económico la necesidad de tener protección es necesario romper fronteras culturales que han considerado a la mujer durante siglos un ser inferior o menos inteligente que los hombres.
Por eso creo que las políticas también deben estar destinadas a la cultura, a que precisamente empoderar a la mujer, no sea solamente una cuestión de obligación por firmar convenciones o adherir a tratados internacionales, sino que sea la profunda convicción en el corazón de los hombres y aún de las propias mujeres que muchas veces nos discriminamos entre nosotras mismas muy injustamente.
Por eso, señor Presidente, señores y señores presidentas, quiero hacer un firme llamado a los corazones y a las mentes para derrumbar tabúes y prejuicios respecto de nosotras y que las críticas que recibamos sean exactamente del mismo tenor que reciben ustedes los hombres, que no tengan que ver con nuestro sexo, que no tengan que ver con nuestro género. Ese es, finalmente, el gran llamado que queremos hacer.
Hemos alcanzado en Argentina un alto grado de igualdad. Igualdad que debe extenderse también a los jóvenes y a todos los sectores de la sociedad. Porque no solamente encontramos discriminación en las mujeres, la encontramos también en los ancianos, en los pobres, cualquiera sea su sexo.
Por eso, esa debe ser la lucha. Y las mujeres debemos encararla con mayor fuerza, porque es por nuestros hijos y por nuestros nietos.
Y en cuanto, finalmente para terminar, señor Presidente, señor Secretario General, Primer Ministro de Dinamarca: no se sienta mortificado por el error que tuvo al dirigirse al Secretario General de Naciones Unidas, tal vez haya sido una premonición de quién debe ser Secretario General de Naciones Unidas para la próxima temporada y dar muestras aquí en Naciones Unidas, que también la discriminación ha terminado.
Muchas gracias a todos y a todas.

Xi Jinping, presidente de la República Popular de China, y Ban Ki-moon, secretario general de las Naciones Unidas, dieron los discursos de apertura, en una reunión que cuenta con la presencia de representantes de organizaciones multilaterales, la sociedad civil, el sector privado y grupos de jóvenes.

La presencia del presidente chino en la apertura de la jornada tiene que ver con que se trata de un evento que forma parte de la conmemoración del 20 aniversario de la Declaración de Beijing y la correspondiente Plataforma de Acción que surgió de aquella cumbre del año 1995.

La reunión de los Líderes Globales es la culminación de un viaje de 18 meses de duración, encabezada por 'ONU Mujeres' en más de 150 países y que incluyó la revisión de la mencionada Plataforma de Acción de Beijing.

Además de Cristina, se espera que más de 70 líderes mundiales asuman compromisos concretos para superar las brechas de igualdad de género.

Más allá de su participación en esta reunión, la actividad principal de la titular del Ejecutivo será su disertación ante el plenario de la Asamblea de Naciones Unidas, el lunes a las 16.30 (hora de Nueva York, las 17.30 de la Argentina), en un discurso que genera expectativas por ser el último de su mandato.

En la intervención de la Presidenta tendrá especial relevancia la referencia que haga a la reciente resolución de la ONU sobre la relación entre los países y los fondos buitre, una demanda impulsada por nuestro país y aprobada por una abrumadora mayoría de naciones.

El 9 de septiembre último, la ONU aprobó una resolución para frenar el accionar de los fondos buitre, que incluye una serie de nueve principios que tienen por objetivo dar viabilidad a los procesos de reestructuración de deuda soberana encarados por países en crisis.

Aquella votación superó de manera amplia la cantidad de votos necesarios para alcanzar la mayoría simple que requería el proceso, y contó con el apoyo de 136 países, 41 abstenciones, y sólo seis votos negativos (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Israel, Japón y Reino Unido).

En la agenda del octavo y último discurso de Cristina Kirchner en la ONU tampoco estarían ausentes la cuestión Malvinas, el pedido de colaboración internacional en relación a la causa Amia y la apelación a que los países en conflicto cesen en sus acciones hostiles, según pudo saber Télam.

La Presidenta arribó poco antes del mediodía al Aeropuerto internacional JFK acompañada por una reducida comitiva integrada por el al canciller Héctor Timerman; el secretario de legal y Técnica y candidato a vicepresidente por el Frente para la Victoria, Carlos Zannini; el titular de la Agencia Federal de Inteligencia, Oscar Parrilli, y al secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro.

La delegación, que se alojo en un hotel de Manhattan cercano al Central Park, se completará mañana por la mañana cuando arribe el ministro de Economía, Axel Kicillof.