“Experto” en delitos de evasión y lavado, el abogado penalista Maximiliano Rusconi, en 2001 saltó de vereda al pasar de ser uno de los más destacados fiscales denunciantes de ilícitos vinculados a empresarios y funcionarios de poder, a formar parte de un reducido círculo de eximios abogados defensores en  causas por delitos financieros, contrabando y narcotráfico.

Rusconi, de 49 años irrumpió esta semana la escena mediática, al tomar a su cargo la defensa de Diego Lagomarsino y es considerado por sus pares como un profesional muy “hábil” y sumamente “inteligente”. Los profesionales más cercanos al abogado lo marcan como un “obsesivo” de la comunicación que entiende a la perfección la importancia que tienen actualmente los medios en la conformación de la opinión pública. Para el abogado, indicaron,  hay una máxima: “La defensa primero la ganas en la TV y después en los escritorios”.

Como fiscal general de Política Criminal (desde 1997) y como titular de la UFITCO (Unidad Fiscal para la Investigación de Delitos Tributarios y Contrabando), el abogado penalista realizó importantes denuncias  e investigaciones  vinculadas al poder económico y político.

Desde la UFITCO, denunció a Víctor Alderete (EX PAMI) por falsificar documentación para evadir impuestos así como también al ex titular del Banco Central, Pedro Pou, por enriquecimiento ilícito. A su vez, también investigó el dinero “negro” de la SIDE vinculado con los sobornos en el Senado.

Sin embargo, en 2001  cansado por la falta de apoyo del gobierno de Fernando De La Rúa y del Poder Judicial, Rusconi dio un golpe de timón en su carrera profesional y decidió pasar al sector privado, renunciando a la titularidad de la UFITCO que detentaba desde su creación en 1999.

Ya en el sector privado, montó el estudio RUSCONI Abogados y Consultores con el que dio un giro de 180 grados en su carrera al comenzar a defender a quienes hasta hacia muy poco tiempo denunciaba.

Así, el especialista en delitos de “guantes blancos” cambió los magros sueldos del sector público por los opulentos contratos que comenzó a firmar por la defensa de imputados en causas millonarias de  lavado, contrabando y hasta narcotráfico. Al respecto de sus honorarios, en una de las entrevistas que dio a Radio Mitre días atrás, entre risas reconocía: “Soy un abogado caro e intento ser cada día más caro”.

Entre los casos más resonantes que tuvo a su cargo, se destaca la defensa que Rusconi encabezó del ex presidente Carlos Menem en el juicio oral por el contrabando de armas del Ejército a Croacia y Ecuador. Allí el penalista obtuvo su primer éxito al lograr que el Tribunal Oral en lo Penal Económico N° 3 concluya que no hubo contrabando y absuelva en primera instancia a Menem y a los demás imputados.

Del mismo modo, el abogado también defendió exitosamente al menemista Omar Fassi Lavalle en el juicio que se le llevó a cabo por evasión tributaria, logrando que solo fuera condenado a tres años de cárcel.

Los casos de defensa de su estudio no se agotaron en causas por lavado o contrabando. En 2006,  Rusconi decidió patrocinar legalmente a imputados en causas por narcotráfico, aunque sin tanto éxito, ya que los dos serbios que defendió, relacionados con el Cartel de Medellín en nuestro país que fueron  denunciados por la DEA, finalmente fueron condenados.