En total son cinco los despedidos que formaban parte de un programa del Ministerio de Justicia, pero se conocieron también otros 60 telegramas solo en la Secretaría de Derechos Humanos.

El recorte es de trabajadores que trabajaban en uno de los tantos programas del área: el de Verdad y Justicia que brinda apoyo a los juzgados en las causas por delitos de lesa humanidad.

“El programa se creó en 2007 en el marco de los juicios por delitos de lesa humanidad para investigar los crímenes del Terrorismo de Estado, hacer un aporte a la Justicia e implementar un programa de protección para los testigos. Esas son las tareas a rasgos generales”, explicó una de las trabajadores, que prefirió dar solo su nombre, Romina.

Ella contó que puntualmente en la Ciudad de Buenos Aires se trabaja “divididos en tres grandes grupos: uno de abogados, que es técnico; otro es un equipo de investigación interdisciplinario; y el otro es lo que llamamos Área de Implementación Operativa que realiza un análisis del riesgo previo a la implementación del programa de protección de los testigos”.

Los despedidos son “una socióloga, una antopóloga y tres abogados”, y tal cuenta Romina “todos tienen la particularidad de haber ingresado durante el año 2015”.

De contratos y ñoquis

Romina subrayó que se enteraron de la decisión “no porque les haya llegado el telegrama de despido sino porque al llegar al trabajo no pudieron ingresar porque tenían caído el usuario”.

“En principio pensamos que podía ser un problema técnico, nos comunicamos con la dirección informática y no. Hablamos con Recursos Humanos y ahí supimos que estaban despedidos”, dijo.

Semanas atrás el ministro Germán Garavano había recibido a la coordinadora del programa y le había garantizado “que el programa se iba a mantener y que iba a tratar de que no se produjeran despidos”.

Ante esta situación donde cinco trabajadores se supieron despedidos antes de que les llegue el telegrama, se comunicaron con las autoridades del Ministerio pero no recibieron respuesta.

Asimismo, desde el área de Recursos Humanos les dijeron que el motivo de los despidos tenía que ver con que “toda la gente que no cumplía cinco meses de antigüedad era prescindible”. Sin embargo en dos de estos cinco despidos se trata de personas que tienen más de cinco meses de trabajo.

Frente a eso argumentaron que “igual eran prescindibles. Que el Ministerio tenía derecho a elegir que trabajadores mantener”.

En contra del discurso instalado de que los despidos que se están llevando a cabo tiene que ver con los llamados “ñoquis” que no trabajan, Romina fue enfática: “Son todos compañeros que vienen a trabajar de lunes a viernes, cumpliendo el horario que corresponde y absolutamente comprometidos con la tarea que desarrollan. Son imprescindibles para el desarrollo y la continuidad de la política de Derechos Humanos que el programa cumple”.

“Este programa se enmarca en una política de Derechos Humanos más general. Los despidos y la suspensión de tareas implican para nosotros un vaciamiento de la política. No es sólo una reducción del Estado en abstracto”, denunció.