La gravedad del caso Santiago Maldonado no solo recae por el hecho en sí, sino por la obvia complicidad del Estado, que no está haciendo nada... mejor dicho, que hace todo para entorpecer la causa por la desaparición del chico hace 24 días. 

En este aumento de responsabilidades la ministra de Seguridad es la primera en la mira. Primero por su extraña pasividad ante una desaparición forzada en épocas de democracia, la falta de respuestas a la familia y a la sociedad, su clara defensa a la Gendarmería de manera pública. Ahora, otro agravante sale a la luz.

Se trata del jefe del operativo en el que desaparece Santiago Maldonado, quien -seguramente sin quererlo- desdice todo el tiempo la única defensa que Patricia Bullrich exclamó ante los legisladores.

El hombre afirma: "Recibí la orden", cuando Bullrich dice todo lo contrario. Además, expresa: "El operativo se armó en base a los hechos que se sucedieron y a orientaciones y órdenes precisas del ministerio de Seguridad".

Recordemos que durante su exposición ante el Congreso, la ministra se había excusado con que "no damos órdenes operativas sobre el terreno", ya que -según su idiosincrasia- "es un principio del ministerio de Seguridad".