Hubo una época en que los analistas políticos hacían una sesuda investigación de datos e información para argumentar sobre la realidad del país. Pero hoy basta con que un actor popular se filme a sí mismo en un auto para que sus ideas reboten en las redes. Como Alfredo Casero es el mejor ejemplo de esta modalidad le dedicamos un espacio para desmenuzar sus dichos y advertir hacia donde apunta sus cañones el oficialismo.