Nobleza obliga, hay que reconocer que Carrió en el mismo relato en el que aseguró que no hablará con el presidente Alberto Fernández porque supuestamente la persiguió durante los primeros años de los dos mil, dijo que no es golpista. Lo cual es difícil de sostener si una frase después acusa a la vicepresidenta de querer llevar el país a esa entelequia denominada 'Venezuela'.

Elisa Carrió repite la cantinela según la cual Cristina es la culpable de todos los males del país, y "quiere meter presos a todos a través de Rafecas". 

Así se ha convertido en el elemento tóxico de la política argentina, nadie quiere tenerla cerca porque destruye lo que toca.