En el país de Elisa Carrió y los votantes de Juntos por el Cambio la Policía es una fuerza de seguridad indefensa y en peligro de muerte ante el ejército informal y pertrechado de los manifestantes que se congregan en el barrio de Recoleta para apoyar a Cristina Kirchner.

Así lo creen y así lo hacen creer, realimentando permanentemente el mito, buscando la profecía autocumplida y generando en la propia Policía el temor a ser atacada, dándole argumentos para iniciar los enfrentamientos.

Está claro que la oposición se ha visto desbordada por las demostraciones de respaldo a la principal figura del peronismo, no sabe cómo reaccionar y apela a lo peor del imaginario para generar el caos y la represión.