Esta semana, durante el coloquio Idea, Esteban Bullrich sostuvo que el “sistema educativo argentino no sirve más” y en relación con ello explicó que para lograr el objetivo de cambiarlo se necesita compromiso. El funcionario hizo alusión al desayuno que habían degustado los presentes con huevos revueltos y panceta (la elección del menú, digresión mediante, no fue para nada criolla). Entonces expresó: “En ese desayuno la gallina se comprometió, puso huevos, pero el que verdaderamente se comprometió fue el cerdo. Nosotros queremos el compromiso del cerdo en la educación”.

Nuevamente el ministro recurre a una imagen altamente tanática para explicar cuál es su ideal del futuro de la educación. Hace apenas unas semanas habló del genocidio contra pueblos originarios y ahora del sacrificio de un animal. Con ministros así…