Sergio Berni vive en una tensión constante por la dificultad del trabajo que debe enfrentar al tener que garantizar la seguridad del distrito más grande y más poblado de la Argentina, pero también por el tembladeral político interno que generan sus opiniones.

Pero hacia afuera muestra la convicción de quien está seguro de haber obrado de la mejor manera posible ante una situación que comparó con un paciente terminal.

Así se animó a ir a TN a discutir cómo llevó su gestión en la materia en el peor día de calor social por la muerte de un kiosquero en Ramos Mejía.