El Ministerio a cargo de Germán Garavano envió 498 telegramas de despido, 55 de los empleados que recibieron la notificación se desempeñaban en la ex Esma.

Desde el gobierno justificaron los despidos diciendo que los trabajadores "habían sido sumados a la planta obedeciendo a criterios políticos".

La delegada de los trabajadores despedidos, Romina Chiesa, sostuvo: "Todos los desplazados son empleados que asistían a trabajar, que estaban en funciones. Incluso eso puede corroborarse porque al entrar a trabajar a la ESMA uno debe hacerlo con una tarjeta magnética".