Globos, papelitos y baile. Todo era una fiesta en el topísimo bunker de Cambiemos alrededor de las 21:30, cuando los primeros resultados daban como amplio ganador a Esteban Bullrich. Pero cuando la fiesta terminó, los números ya hablaban de otra cosa.

A la madrugada, el centro de datos comenzó a cargar los distritos de peso y la diferencia entre el candidato del oficialismo y Cristina Fernández de Kirchner, eran de unas cuántas centésimas. 

Un gráfico muy claro, muestra la evolución de los votos de CFK vs los de Bullrich según pasaban las horas. ¿Hubo un manejo de la información para generar esos dos escenarios? ¿Qué hubiera pasado si la tendencia real, que recién se supo a la madrugada, se conocía desde temprano?