La intelectual echó por tierra la idea de que la oposición había ganado la calle y le explicó a Luis Novaresio las diferencias entre juntarse en cualquier esquina a gritar "chorra" y una marcha real organizada desde donde realmente se hace política.

Sarlo habló de la tradición peronista de "tomar la calle" con una marcha organizada y la comparó con las manifestaciones golpistas que lo único que logran es insultar a la vicepresidenta pero no construyen política.

Novaresio, ante la contundencia de los argumentos, no pudo mas que sentirse desilusionado y asentir.