No tiene tanto vuelo como la causa Nisman, pero para los medios hegemónicos ávidos de encontrar espacios para castigar al Gobierno, un avión venezolano con parte de la tripulación iraní es suficiente para crear una historia que lo perjudique.

A Joaquín Morales Sola no le cuesta nada ponerse como portavoz de las conjeturas acerca de un contacto internacional con los principales enemigos de EE.UU., sembrando aun más odio contra el oficialismo.

Pero con Aníbal Fernández enfrente las operaciones se vuelven más difíciles por la precisión de datos que maneja el ministro de Seguridad, siempre puntilloso a la hora de defender sus argumentos. Así, paso a paso, fue desarmando la opereta hasta dejarla convertida en la nada misma.