Desde el Ministerio de Seguridad alertaron a la jueza de que detectaron un llamado realizado el lunes por la tarde por una mujer al 911 desde la ciudad de La Plata amenazando con que iba a matar a la expresidenta.

Esto ocurre menos de dos semanas después de que Fernando Sabag Montiel gatillara dos veces un arma a centímetros de la cabeza de Cristina Kirchner, en la puerta de su casa en la Recoleta.

A raíz de esta información, la jueza solicitó aumentar la custodia de Cristina, y de su familia mientras los expertos informáticos de la Policía analizan la llamada para localizar el punto exacto desde donde fue hecha para identificar a su autora.

Al mismo tiempo continúa la investigación de los celulares de Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte, donde se encontraron dos chats entre ellos, donde queda claro que intentaron realizar otros ataques contra la Vicepresidenta antes de que le gatillaran la cabeza.

Uno de ellos fue durante la noche en la que Cristina le habló a la militancia que hacía la vigilia en las calles Juncal y Uruguay, donde vive.

"No, no es que se dé cuenta, el tema es que hay una cámara de C5N, y hay poca gente, y la gente se está yendo, y el momento es ese, ahora ya es tarde, o sea son las 12 y ella salió a esa hora, y era a esa hora, o sea el escenario era con ella porque la habrán seguido", se lee en uno de los mensajes que recibió Uliarte de parte de Sabag Montiel.

"¿Entendés? Después vamos a ver en la tele a ver qué pasó porque cuando ella se metió, la siguieron y ahí tendría que haber sido", aparece en otro mensaje encontrado en los celulares.

Sabag Montiel, en otro momento, le dice a Uliarte: "No, ya se me metió adentro y el escenario, el anfiteatro lo sacaron. Le toqué la espalda a (el gobernador bonaerense) Axel Kicillof y se metió en un Toyota Etios, eh, y se fue, un quilombo. Ella está arriba pero no creo que salga, así que ya fue, dejá, voy para allá, quédate ahí. No traigas nada".

Esas frases coinciden con las imágenes de C5N donde se ve que el 27 de agosto Sabag Montiel estaba entre los manifestantes como un vendedor de copos de nieve azucarada acercándose a metros del gobernador de la provincia de Buenos Aires.