"A la vacuna de Pfizer no le dicen la vacuna estadounidense ni a la de AstraZeneca no le dicen la inglesa. A la de Gamaleya se le dice la vacuna rusa de forma despectiva", dijo el Presidente en la entrevista que dio esta mañana a Radio 10. Y casi se quejó: "Gamaleya es un instituto mundialmente reconocido con varios premios nobeles".

En vísperas del comienzo de la campaña de vacunación, Alberto Fernández resaltó la dificultad para comprar vacunas de los países periféricos: "El mundo central acaparó las vacunas para ellos, los países de la periferia están buscando vacunas con la misma dificultad con nosotros". Y disparó: "Detrás de la venta de vacunas hay un mercado de miles de millones de dólares".

La alusión es clara, Canadá por caso, que compró cuatro veces más de la cantidad que necesita.

En ese sentido, Fernández recordó que "si no fuera por la Federación Rusa que nos prestó atención a nuestras necesidades, estaríamos como el resto de los países".

Y reveló que se habló con el canciller de Uruguay y con el presidente de Bolivia "para ofrecer ayuda y generar los contactos necesarios para ayudarlos a obtener la vacuna. Ellos fueron quienes me lo plantaron. Estamos para ayudar a todos los que lo necesiten".