Visiblemente decepcionado por la situación de las vacunas el ministro de Defensa consideró que había que pedirle perdón a la gente porque este tipo de cosas no pueden suceder.

Y hablo de la naturalización del poder y hasta contó qué ejercicio hace él a diario para evitar caer en esa naturalización.

Cada vez que entra al Ministerio de Defensa se dice a si mismo que él va a pasar y el Ministerio seguirá ahí.