Los medios hegemónicos hicieron eco de las declaraciones de Florencio Randazzo en su participación en la asamblea de Carta Abierta, y, tergiversando sus palabras, construyeron una mentira, sin reproducir el discurso real, sobre dichos que nada tuvieron que ver con una agresión a Daniel Scioli.

En el programa 678 de este miércoles, dos miembros del espacio analizaron la participación del precandidato presidencial. Se trata del director del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, Eduardo Jozami, y el secretario de Coordinación para el Pensamiento Nacional, Ricardo Forster.

“Después de las explícitas aclaraciones de Randazzo, solo se puede continuar este debate en los medios porque hay dos intereses; seguir oponiéndose al Gobierno en cualquier circunstancia propicia, y tapar el verdadero debate que tendría que ver con las cosas importantísimas que dijo Randazzo en Carta Abierta”, expresó Jozami al respecto.

En este sentido, el miembro de Carta Abierta aseguró que “la discusión que afecta políticamente a Scioli no tiene que ver con un supuesto intento de denigrarlo por sus carencias físicas, que de ninguna manera existió, sino que Randazzo dijo cosas muy serias”, mientras que sobre el papel de los medios, sostuvo: “Hay una campaña para demostrar que el Frente para la Victoria tiene un candidato”.

“A Carta Abierta le interesa que el debate de ideas esté en el eje, que sea el núcleo del debate político”, explicó Jozami, quien, sobre la importancia que le dieron los medios a la asamblea, confesó: “Jamás me iba a imaginar que iba a pasarme el día hablando de este incidente, es un buen ejemplo de la banalización de la política”.

A su tiempo, Ricardo Forster afirmó que la operación de los medios a partir de las palabras de Randazzo es “una manera de ofrecerle a la sociedad la reducción del debate de ideas a un vodevil, a una lucha callejera, al prejuicio, a la banalidad, casi al nivel de estupidez”.

“Yo intentaba explicarle a los periodistas que había sido una asamblea muy importante, un acontecimiento político cultural, de envergadura, con un precandidato presidencial que vaya sin agenda previa, sin exigir las preguntas, que haya entusiasmo en el debate, que haya tenido palabras críticas hacia el mismo peronismo de los noventa”, contó el invitado, quien repudió que todo esto haya sido “reducido brutalmente a la utilización de un término que no estaba en la inercia del discurso de Randazzo”.

Por último, Forster insistió en que con este tipo de operaciones “se quiere triturar y aniquilar esta lógica del debate de ideas, para reducirlo al slogan publicitario, al marketing político, y a que la política sea simplemente un bufón de una cámara de televisión”.