"Somos una nación con 40 millones de habitantes, con un nivel de superior de educación todavía respecto de otros países de la región, que cada diez años nos dejamos cooptar por un caudillo que viene del Norte, del Sur, no importa de donde viene, pero de provincias con muy pocos habitantes, con un currículum prácticamente desconocido".

Así se refirió Alfonso Prat Gay, uno de los miembros del equipo económico de Mauricio Macri, a funcionarios, dirigentes y candidatos que no son de la Ciudad de Buenos Aires, como pretende la alianza Cambiemos, cuya fórmula presidencial –como todo el mundo sabe– está integrada por dos representantes y exfuncionarios porteños: el propio Macri y Gabriela Michetti.

No satisfecho, el economista la emprendió contra los santiagueños: "Esta también es una pregunta que nos tenemos que hacer de cara al 2020; no vaya a ser que en el 2020 estemos hablando del fulano de tal que vino, no sé, de Santiago del Estero, que no lo conocíamos, apareció de la nada y resulta que se quedó con todo el poder".

El centralismo porteño, entonces, y el desprecio para todo y todos cuantos vienen o refieran a las provincias a las que el puerto de Buenos Aires pretende dar la espalda, es el programa central de Cambiemos. Un modo 'moderno' de arruinar al interior sobre la base de la voracidad porteña.

Con Macri quieren retornar los unitarios... Aunque las ruedas de la historia pocas veces retroceden a un pasado tan siniestro.