Carmen, la mujer dueña del terreno que se presentó para evitar la usurpación de su tierra, primero les dijo a los policías que se presentaron en el lugar: “Hagan todo el happening que quieran, mientras los desalojen”.

Y después, visiblemente alterada, amenazó a los potenciales usurpadores: “A mí, el que me toca la línea de eucalipto, le sacudo. ¿Estamos? No me va a importar que vengan con criaturas o con el Espíritu Santo, les voy a demostrar que soy la dueña”.

“A mí me van a usurpar los eucaliptos, muerta. Al que me toca la línea de eucalipto, lo bajo de un escopetazo”, continuó. “¿Ustedes quieren ver si soy la dueña? Van a ver. No me pisen la línea de eucaliptos porque les sacudo, le sacudo al que sea”.

Si bien el desalojo se hizo efectivo, las familias siguen en las inmediaciones del terreno, ubicado en la calle Malabia, de Moreno, insistiendo con la toma.

La situación tiene diferentes aristas: si bien es entendible la reacción de la dueña del terreno, la violencia de la escena y la precariedad de la situación de los que pretenden un lugar para vivir, la torna dramática.

Y ya sin la presencia de la propietaria se dio un diálogo entre uno de los policías y uno de los jóvenes, que marca el grave estado de situación social del conflicto.

walter dobro on Twitter