Un error común en el cual suelen caer políticos y artistas es creer que el ruido que los rodea es la realidad. Entonces esas manos que aplauden, las sonrisas que se multiplican y las palabras de aliento son su alimento y creen que se van a repetir donde sea que vayan.

Pero a veces la realidad les da un golpe cuando menos se lo esperan. Eso les pasó a los máximos referentes de los libertarios -quienes corren por derecha a Cambiemos- que supusieron que en la marcha opositora al Gobierno iban a ser recibidos como héroes, y sólo recibieron insultos.