Vanesa Rial fue violada y golpeada por su ex pareja. Estuvo sentada frente a él durante el juicio y la lectura de su sentencia. Le dieron 37 años. Cuando habló con la prensa dijo que ahora finalmente podía ser feliz. Una notera le preguntó por las marcas de lo sucedido, que cómo iba a hacer para borrar aquel infierno y, sin dudarlo demasiado, ella respondió sonriente que con terapia y tiempo, todo lo horroroso iba a pasar. Esas declaraciones emocionaron. Ese estar convencida de que él no le cagó la vida, de que esas violaciones son la consecuencia de una tortura mayor: la libertad de un hombre violento. Que ese tipo ya no pueda cuándo y cómo quiera, volver a golpearla una vez más.

No recuerdo hace cuánto tiempo leí una mirada distinta sobre la violación, la víctima y el victimario, pero sí me acuerdo perfecto que en ese momento escuché un click y entendí todo. Me di cuenta de cómo esta sociedad nos hace sentir mal hasta cuando no solo no hicimos nada sino que además nos hicieron. "Cuando te violan te cagan la vida", dicen siempre. ¡No! Esa es la lectura que creo que hay que modificar. Cuando sostenemos esa idea le estamos dando el poder a quien realizó acto semejante y la cruz y el estigma a quien simplemente lo padeció.

Intento escribir con todo el respeto que merecen quienes fueron víctimas de situaciones de abuso y aclaro que bajo ningún punto de vista estoy minimizando lo que se vive sino simplemente poniendo el foco en otro lugar, culpando a quien cometió el delito, intentando liberar a quien lo sufrió.

¿No es realmente muy horrible pensar que tu vida está rota por algo que nunca decidiste y a lo que fuiste brutalmente sometidx? ¿No es ya bastante lo que esa persona vivió como para además decretar que su vida quedará reducida a eso y ya? Que ya le costará ser feliz, encontrar pareja, poder volver a disfrutar de algo tan lindo y emocionante como el sexo, vincularse sanamente con otra persona. No sé, su vida, toda, entera, arruinada por algo que no tiene vuelta atrás ni tampoco su nombre.

Vanesa Rial sabe que no, sabe que él no tiene ese poder, que esas violaciones y esa violencia sufrida deben pesarle a quien violó no a quien fue violada. Que con terapia y tiempo se sale. Que pronto podrá rehacer su vida. Que Poch no merece ser llorado. Es él quien tiene que llorar por lo que hizo y porque además será, durante toda su vida, un monstruo.

Aclaración necesaria: Vanesa es mujer y por eso puse esa foto, pero por supuesto que las mujeres no son las únicas víctimas de violaciones, aunque sí las que más delitos de abusos sufren.