El gobierno dice una verdad relativa. Hay una palidísima reactivación económica comparando sobre un año como el 2016 de retroceso casi generalizado. Hay crecimiento en los últimos tres trimestres basado fundamentalmente en un sector muy beneficiado como la agricultura de la zona pampeana, la pesca, la obra pública y la construcción privada a lo que se agrega el sector financiero. En cambio la industria cae de trimestre a trimestre sin encontrar un piso, aunque selectivamente tuvo una recuperación en el último mes de mayo del 2,7%, en comparación al nivel casi de subsuelo de igual mes del 2016,  después de 16 meses de retroceso. Los despidos en este sector aumentan mes a mes. A su vez hay una disminución del ritmo inflacionario, aunque en forma de serrucho, es decir con disminuciones y recuperaciones. El gobierno levantará en la campaña electoral aquello de ir en camino de cumplir con lo que había prometido de crecimiento económico y baja del principal enemigo económico que centró en la inflación, sin aludir a los profundos daños colaterales.  Todo ello en un contexto precario y atado con alambre. Esa es una verdad relativa. El esmirriado crecimiento implica en un análisis abierto, el cambio de modelo económico. El denominado DADA, basado en cuatro etapas ya cumplidas: devaluación, ajuste, deuda (endeudamiento) y apertura económica.  Claramente un modelo agro-extractivo-exportador, combinado con el de rentabilidad financiera. La destrucción de la industria, junto con el creciente desempleo al focalizarse en el sector de mayor ocupación, es lo realmente buscado y no un error de implementación. Para bajar la inflación a un nivel cercano al último año de Cristina Fernández, desde el Banco Central se ha implementado un rígido corset monetarista por el cual se incentiva el ingreso de capitales golondrinas en bandada para aprovechar las más altas tasas de interés del planeta, al liquidar los dólares y recibir pesos, produce dos efectos: mantiene anclado el dólar y dentro de la teoría monetarista necesita neutralizar el dinero moneda nacional con la emisión de LEBAC a una tasa promedio del 25%.  Esto a su vez abre dos caminos sinuosos: 1) tiene un costo en intereses de 1000 millones de dólares mensuales;  y, 2) al suscribirse a 35 días es una bomba de tiempo que ante cualquier eventualidad importante nacional o internacional, produzca una huida en manada. En la última semana, se renovó sólo el 77% de las LEBAC, rebote de no haber podido entrar en la categoría de país emergente. El diario El País de Madrid, que analiza con ojos benevolentes al gobierno argentino escribió: “Hasta ahora, Mauricio Macri solo había recibido buenas noticias del mundo financiero internacional. Organismos como el FMI alababan sus reformas, los inversores se peleaban por hacerse con las jugosas emisiones de deuda argentina, a un tipo de interés que no ofrece casi ningún país en el mundo. Y líderes de los países centrales aplaudían todo lo que hacía. Argentina acaba de recibir el primer jarro de agua fría, y el efecto ha sido muy duro en las primeras horas. Morgan Stanley decidió, contra pronóstico, mantener al país como "mercado fronterizo" y no elevarlo a "mercado emergente". La bolsa cayó con fuerza y el dólar subió tras la primera mala noticia internacional para el Gobierno argentino.” 

Los montos de la LEBAC equivalen a la masa monetaria, es decir al total del dinero en manos de particulares, empresas y bancos; y observado desde otro ángulo, equivale al total de las reservas. Este es el modelo de rentabilidad financiera, que mientras se endeuda a altas tasas financia la fuga de capitales, que ya es intensa, a un promedio de alrededor de 1500 millones en turismo y 3000 millones en atesoramiento y salida al exterior.

Los números de la economía son decididamente malos, y esa es la razón fundamental por lo que no llegan, si alguna vez lo hacen, las inversiones ilusorias. Usar un argumento único y excluyente con relación al pasado, a los obstáculos del presente y a la inviabilidad de futuro, derivando un sustantivo en un adjetivo descalificativo omnipresente denominado kirchnerismo, necesita un poco más de tiempo para que quede desnudo como un espantapájaros precario y mentiroso. Es una situación paradojal: por un lado se lo da por muerto y por otro tiene tanta fuerza que amenaza el futuro del gobierno en la Provincia de Buenos Aires y le impide coronar de éxitos el presente. Ese presente donde el gobierno no ahorra impiedades hacia los sectores más débiles, sacando pensiones a los discapacitados, retaceando remedios a los jubilados, obligando a trámites kafkianos para demostrar la condición de viudos o viudas a personas que han perdido a su cónyuge, a veces hace tantos años como los que acumula el presidente, eliminando planes para los jóvenes como el Progresar y suprimiendo las entregas de computadoras en los colegios, todo ello en nombre de una mejor educación.

Se suspende la prestación a millones bajo la excusa de irregularidades en algunos miles. Es la fórmula de George Bush hijo, quien propuso evitar los incendios forestales arrasando los bosques.    

Con criterios similares se desarrolló el conflicto docente en la Provincia de Buenos Aires. La oferta inicial del gobierno fue del 17%, aduciendo que no había recursos para un incremento mayor . Se usó a los docentes y los alumnos como experimento de un tope salarial mientras se denostaba a los dirigentes sindicales y a los docentes de tener de rehenes a los alumnos. Pasaron cuatro meses con ofrecimientos minúsculos del oficialismo hasta que de pronto se elevó la oferta a un 27%, que es probable que sea aceptada.

Se enarbola en dialogo que sólo sirve para entretener y dilatar soluciones y cuando el interlocutor se impacienta se desestima el meneado consenso y se saca por decreto el salario mínimo vital móvil apenas $300 más que la propuesta empresaria alcanzando los $10.000 en un lejano julio del 2018. Si se trata de la expropiación de empresas abandonadas por sus propietarios y autogestionadas por los trabajadores, con aprobación de la legislatura, la gobernadora como Superman cambia su ropa de Heidi y se viste de Margaret Thatcher y las veta.    

Es un gobierno que tiene una planilla de Excel en la cabeza y un témpano en el corazón.

Hablan de dejar atrás el pasado mientras consuman la sustitución de la producción nacional por la importada, reconvirtiendo a las industrias en importadoras, ello cuando directamente no desaparecen.No es un error sino una política planificada. Mauricio Macri afirmó en su reunión en Olivos con los periodistas de la farándula, según Perfil del 11 de junio: “Nosotros hablamos con esa gente, los dueños de una fábrica de zapatillas de Rosario que tiene 300 empleados y está por cerrar, para que trabajen en el puerto, porque abrimos la importación de zapatillas ya que acá valen dos mil pesos y la que viene de afuera seiscientos pesos.” 

El proyecto de destrucción industrial se patentiza en las REPRO (Programa de Recuperación Productiva) que en momentos en que aumentan los despidos, disminuyen significativamente estos planes de sostenimiento en un 84%. Las REPRO fueron creadas en el año 2003 como una respuesta del Estado frente a los despidos. Ante una situación acreditada de crisis de una empresa, el Ministerio de Trabajo otorga a los empleados una suma mensual de hasta un salario mínimo, vital y móvil por trabajador, por un plazo de hasta doce meses. La empresa que lo solicita debe, a su vez, presentar un plan de recuperación y comprometerse a mantener a la totalidad de su planta. Ahora se abandona a la empresa y se desampara a los trabajadores.

En cambio a las grandes empresas concentradas y que fijan los precios en el mercado les va muy bien: “Las acciones cerraron en primer semestre de fiesta, subieron 25% en dólares. Las del sector energético superaron el 100% por las alzas de tarifas y la perspectiva que estas continúen; el rendimiento en pesos promedió el 30%, creen que seguirá la tendencia” ( Tapa de La Nación 3 de julio). De fondo puede escucharse aquello de Atahualpa Yupanqui: “Las penas y las vaquitas se van por la misma senda, las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”

Es el mismo gobierno que levanta la bandera de la anticorrupción y que según el columnista Eduardo Van der Kooy, del multimedio Clarín, unos de los principales beneficiados, escribió el 2 de julio: “Ningún gobierno desde 1983 sufrió en sólo un año y medio tantas imputaciones judiciales como el de Mauricio Macri. Ya acumula 62.” 

El concepto de modernización vacía la ciencia y la tecnología en nombre de un progreso inverosímil, con un Presidente que inaugura plantas industriales en el exterior como lo ha hecho con TECHINT, mientras la empresa despide trabajadores en la Argentina.

Eugene Ionesco, el escritor rumano, abanderado del teatro del absurdo, hubiera sido hoy en la Argentina, un escritor realista.

Todo huele a mentira y trampa. En nombre de la transparencia se contrae una deuda de 2750 millones de dólares a 100 años,  cuya intención se anuncia a la mañana y se la contrae a la tarde con la intervención de los Bancos HSBC, CITI, SANTANDER Y NOMURA. Se les hizo un descuento del 10% por lo que la Argentina de entrada recibió no 2750 millones sino 2475 millones. Por la misma razón la tasa se eleva de 7,12%  al 7,90%. Méjico contrajo una deuda similar  a una tasa del 5,80%.

La concreción de este despropósito fue una respuesta a una solicitud de los colocadores de deuda. Luego de ello el Ministro de la Deuda Luis Caputo, se enorgullece que aquellos lo elogien superlativamente. Es lo mismo que el Momo Venegas ensalzado por la Sociedad Rural. 

La pesada herencia futura que dejará el macrismo ha encontrado una imagen didáctica en este bono a 100 años, que impacta por lo pequeño del capital tomado, por la alta tasa de interés y lo desmesurado del plazo.

Los intereses de la deuda ya implican el 10,6% del gasto público, que resulta muy significativo porque desde el 2001 no llegaba a los dos dígitos.

Lo que se avizora después de octubre, gane o pierda el gobierno en la Provincia de Buenos Aires, pero con revalidación popular si gana, se puede leer en los medios oficialistas que le dan una cobertura de protección blindada: “cambios laborales (contra los trabajadores); tributarios (bajo la inspiración del santuario liberal FIEL); judiciales ( justicia adicta); previsional ( aumento de la edad jubilatoria y desactualización de los haberes mensuales y del sistema político (eliminación de las PASO, voto electrónico, división de la Matanza).” La noticia sin los  paréntesis está en La Nación del 29 de junio y  del y 2 de julio.

Si con un triunfo de una diferencia escuálida en noviembre del 2015 no han dudado en  implementar políticas de transferencia de ingresos hacia los sectores concentrados, que le ha valido la justa caracterización de “gobierno para los ricos”; mechado inteligentemente con mantenimiento y ampliación de la Asignación Universal por hijo para engrasar las reformas de estructura y hacerlas políticamente viables; junto con el incremento del déficit fiscal que evitó los estallidos, ahora seguramente irán por todo. La concentración económica es el lado A cuyo lado B es la desindustrialización, el incremento de la desocupación, la pobreza y la pérdida del poder adquisitivo de los salarios.

La fusión de Cablevisión con Telecom, según el especialista Martín Becerra, implica que “concentrará el 34 % de la telefonía móvil, el 56% de las conexiones a Internet por banda ancha fija, el 35 % de la conectividad móvil y el 40% de la TV paga. La fusión expresa un hito en la concentración de los mercados de información y comunicación de la Argentina y supera todos los niveles previos, que ya eran elevados.”         

El gobierno está reconfigurando a la Argentina. Si triunfa en octubre, las verdades relativas seguirán siendo relativas pero las verdades confirmadas, pasarán a ser irreversibles.