“Hay que explicar que vamos bien”.  “Estemos mas cerca de la gente escuchemos, expliquemos, tengamos paciencia, seamos austeros” (Macri a sus ministros, de regreso de sus largas vacaciones y, antes de partir en una gira de un mes por Europa). La gira internacional que inicia el Presidente implica que en 40 días, estará solo 5 días en la ejecución del gobierno.

Hasta ahora para el ala técnica del gobierno y los economistas compinches, “los ajustes parche” se mostraron ineficaces. Para la oposición fueron destructivos y todavía no vieron lo peor que podría ocurrir. Las políticas del gobierno han erosionado la popularidad de Cambiemos (cae en las encuestas estrepitosamente) y comienzan a impulsar una mayor actividad y pluralidad en la protesta social, congregando a un amplio arco de representantes que va desde los trabajadores despedidos hasta la complaciente CGT, que hoy se ve agobiada por la detención de dirigentes. Si confluyen las organizaciones pueden provocar problemas, junto a la desaceleración económica que ya es palpable, independientemente a la exhibición que hace el gobierno de los números previos (historia) a las elecciones de medio término. La inflación subió y las expectativas futuras también. La incoherencia de las prácticas y el relato, el titubeo ante las presiones del circulo rojo que quiere sangre, las limitaciones del staff, las nuevas internas, la intensificación de peligro económico y social, las eventuales  consecuencias de un desenlace de las Lebacs, el endeudamiento creciente  y la persistencia del dólar barato, hacen que las encuestas desanimen al presidente. La corrupción de López y Báez ya no alcanza, y empalma con la corrupción presente-“parques eólicos, Panamá papers-nombres del blanqueo-soterramiento-correo-perdón de deudas a las energéticas-colectivos importados que no pagaran derechos aduaneros-etc. El deterioro de la situación social y política no es la continuación de la historia 2015. El gobierno anterior se fue despedido en medio de la algarabía popular, con bajísimo endeudamiento, una proporción mayor de la sociedad conforme, que tenia trabajo y mejor remunerado, jubilados con medicinas gratuitas y seguridad ciudadana frente a las “avivadas comerciales”.

En este punto, enfatizo el escollo de la incapacidad de resolver los problemas económicos como la inflación. La ciudadanía descontaba que el gobierno terminaba con la inflación, no que la potenciaría. Cambiemos nunca tuvo los votos suficientes como para no tener que lidiar con el peronismo, la vino piloteando, pero si se agrupa o si en ciertos temas lo enfrenta desparramado, tiene un problema. El peronismo es una fuerza de oposición que aun vencida, es capaz de frenar o condicionar políticas de reforma laboral que requieran aprobación del Congreso. Macri ganó pero no consolidó un paragua legislativo para hacer cualquier cosa, y tampoco puede gobernar por decreto. El presidente esta obligado a buscar acuerdos, equilibrios y colaboración ya no sólo con los peronistas dispersos, sino con sus propias fuerzas. Bajo estas circunstancias políticas, el contexto exige un margen para implementar políticas poco populares. No existe, por eso arremete contra los sindicalistas.

Marcos Peña y Duran Barba no consideraron el hecho de que los CEOS en el gobierno comiencen a erosionar a la propia coalición gobernante. Entre los aliados del PRO, ya hay gente que esta saturada de los aumentos de Aranguren-Shell, Quintana, Lopetegui y Cabrera. El ascenso de los CEOS no fue un evento que podamos aislar del desarrollo de la actual y precaria situación social. No tienen idea de los temas sociales.

Por lo tanto, la pérdida de popularidad de Macri es producto de este proceso político-empresarial conjunto. Ni más ni menos. Y también de los problemas generados en el ejercicio del poder que deja mucho que desear, las marchas y contramarchas terminan desgastando. Los comentarios de Andy Freyre, el árbol del Rabino, la pileta de Rodríguez Larreta provocan nerviosidad. Cualquier empresario sabe que las tácticas pueden cambiar más rápido, pero la estrategia no puede cambiar a cada momento.

Desde el próximo mes, las protestas sociales volverán a demostrar su poder, poco a poco se ira convirtiendo en el punto más álgido de una eventual crisis. En ese sentido, la trama de los acontecimientos políticos tal vez pueda ser entendida como una consecuencia del divorcio entre los CEOS, la sociedad y los agentes económicos. Las decisiones que se toman, ya no parecen “pasar” aceptadas y creídas por parte de los votantes que deberán legitimarlas.