Un clima viscoso recorre Latinoamérica. Se agravan los altos niveles de informalidad laboral,  pobreza, inequidad, inseguridad y, surge una movilización intimidatoria, y violencia simbólica. Se acrecienta la excitación autocrática en la región con Gobiernos propensos a este tipo de conductas. Tanto Colombia, Chile, Bolivia, Ecuador y Brasil, cercando las libertades ciudadanas con medidas que debilitan las  democracias, como Venezuela donde se profundizan las penurias de los inciertos beneficiarios de un Gobierno que defiende los intereses nacionales y se levantan denuncias de la ONU. Incluido hay casos con presencia de  efectivos militares para hacer tareas policiales. También en la Argentina hemos visto policías insubordinados armados y uniformados reclamando derechos laborales, en la puerta de la residencia de Olivos.

TORNIQUETE

El torniquete estaba vocalizado y coreado. Si a la reestructuración de deuda ley internacional se le sumara la reestructuración de la deuda en dólares ley local, el  Gobierno ahorraría alrededor de u$s 54.000 millones entre 2020 y 2024 y, aproximadamente u$s 70.000 millones entre 2020 y 2028. En la reestructuración de la deuda se alistan el BCRA y el FGS de la ANSES, con lo cual las tenencias de títulos públicos en dólares secos serán permutadas por títulos nuevos líquidos, para realizar  operaciones de mercado abierto, regulando la liquidez. El  programa de recuperación demanda que el salario real no  pierda más terreno, con el objeto de proporcionar poder adquisitivo y estimular el consumo del  programa. Una depreciación más acelerada del peso movería una caída adicional del salario real y, eso es inviable.

Con base en índices de movilidad, gastos de tarjetas, consumo eléctrico y otros conocimientos privados, podemos anticipar que la economía en julio y agosto crecerá alrededor de 2% mensual. La economía creció en mayo y junio. Se advierte la desaceleración de la inflación, aunque la situación de los sectores postergados es lamentable. El Estado ha establecido que ya no se presione más en forma indolente. Y, en este sentido las intervenciones del Gobierno van, facilitando  el alquiler con la Ley de alquileres, ampliando plazos mínimos de  contratación y fijando un mecanismo de precio. Además de la decisión de  revisar los aumentos de telefonía celular e internet, que se reconvierten en este momento de pandemia y teletrabajo  con tarifas moderadas por el Gobierno, donde las empresas ya no podrán fijar precios con prescindencia del Estado y los consumidores. Si la consecuencia de esta medida desincentiva la inversión sectorial, la calidad de sus servicios en 2019 hubiera superado a los países más desarrollados del mundo. Es embarazoso decir que con los niveles de tarifas obtenidos hasta 2019, el nivel de las inversiones realizadas luzca frágil con el supuesto difundido. Se terminaron los abusos de los últimos cuatro años, por eso la permanente incitación a la violencia, estimulando la desobediencia contagiándose e infectando al prójimo, metiendo cizaña entre el Presidente y la Vice Presidenta, el odio de la cuarentena, la  oposición a la reforma judicial y el enfrentamiento sistemático a cualquier iniciativa oficial, en medio de la débil situación económica. La consigna pareciera ser desestabilicemos al Gobierno.

En otro orden, los ex funcionarios se perciben más pendientes de evadir responsabilidades penales por las escuchas ilegales de la AFI, los daños al Banco Nación por la insolventación de Vicentín, el capitalismo de amiguetes que blanqueó dinero de familiares y camaradas, las subas extravagantes de los peajes, licitación-venta de parques eólicos, aumentos de tarifas eléctricas, gas, etcétera.

Discretamente, el Gobierno actual está preparado para sacar a la Argentina del crepúsculo neoliberal. El país necesita consolidar la unión  nacional, pero los perdedores de las elecciones no quieren. Es insufrible, cada vez que habla o escribe un economista o periodista militante de la ex Disneylandia, insiste con las reformas estructurales.

REFORMAS ESTRUCTURALES

Podemos y debemos hablar de reformas estructurales, claramente no las de Washington. Cuando hablamos de reformas estructurales, inmediatamente concurren las de enfoque neo clásico-monetarista. No necesariamente deben ser las que impulsa este marco teórico, aunque un análisis estructural y eventualmente una reforma pueda ser el comienzo de un ciclo de bienaventuranza. La aplicación de modelos de investigaciones estructurales se ven entorpecidas a causa ciertas investigaciones econométricas. Es que en realidad, las han estado inspiradas mucho mas por el deseo de orientar la política económica que por contribuir al conocimiento de la realidad. Uno de los conceptos mas unánimemente aceptados entre los expertos en econometría es la distinción entre variables exógenas y variables endógenas. Las variables endógenas aparecen en el modelo, como función de las exógenas y de las constantes de las ecuaciones, prescindiendo de las “variables predeterminadas”, término cuya definición no es unánime. Basta considerar modelos diversos para comprender que tal distinción solo puede aspirar a tener un sentido relativo, porque “endógena” o “exógena” recaerá en cada variable según una idea preconcebida de lo que busque construir del modelo. Tinbergen llama “instrumentos” a las variables exógenas y “objetivos” a las endógenas, cuyo valor es el resultante de aquellas y de los datos del modelo.

Lo importante es que desde el punto de vista de la estructura económica, la realidad no nos enfrenta con relaciones de causa efecto entre variables exógenas causantes y variables endógenas, sino con relaciones de interdependencia, en que cada fenómeno esta determinado por otros que a su vez, contribuye a determinar. La preferencia de la econometría podría explicarse por el hecho que los modelos nacieron al impulso de los fenómenos cíclicos. Es que resulta más fácil simplificar la realidad en los términos de un problema, prescindiendo de influencias secundarias, que tratar de reflejar la totalidad la realidad. Comparativamente la preferencia es incuestionable.

Lo estructural se afirma como permanente frente a lo coyuntural. La estructura económica sirve como soporte estable ante los shocks y la volatilidad de la vida económica. Por eso para la formulación de leyes estructurales permanentes, es necesario que estas resulten validas en la organización y la actividad económica.

Es la madre de las batallas, porque las reformas estructurales consisten en lograr que las mismas se establezcan en forma permanente. A las propuestas únicas que venimos escuchando hace décadas se las trata como leyes incuestionables, sin embargo la homogeneidad de las estadísticas deja bastante que desear en las comparaciones internacionales. Hay circunstancias históricas y culturales propias de cada país que están desconectadas de los ideales hegemónicos y, tal vez la Argentina sea el ejemplo más evidente. Pero es cierto que el alejamiento de la decadencia y el éxito de la política están ligados al hecho de que las reformas en las relaciones estructurales entre unas variables y otras se correspondan con las circunstancias reales observadas, caso contrario los resultados no responderán a las expectativas.

Si las relaciones estructurales comprobadas a lo largo de un periodo de cincuenta años han fracasado en forma permanente, una política que se apoye en estas estaría condenada al fracaso. Sabemos-por la experiencia de la Convertibilidad-que existen recetas que funcionaron por diez años y luego resultaban inaplicables en un punto, estallando sin que eso se pueda evitar, convocando todo tipo de críticas, de los crueles teorizantes que la apoyaron.

MODO “AUTOMÁTICO”, HISTORIA ANTIGUA Y CONTEMPORÁNEA

La economía que es una ciencia social; encuentra al científico inmerso en el mundo que estudia, del que el mismo y su historia de vida forman parte. Esta inmersión del economista político y su objeto de estudio se recarga debido a la complejidad del mundo social, donde es difícil seguir el paso de las repercusiones de los fenómenos, porque el mundo no se ha formado con planillas de Excel, sino que es esencialmente el fruto del devenir histórico. Constituye una realidad viva, mas comprendida por la intuición que tienen los políticos que por el razonamiento lógico de un macroeconomista monetarista o un experto en ingeniería financiera.

HISTORIA ANTIGUA Y CONTEMPORÁNEA

Así fue como los creadores de la economía clásica se preocuparon más por explicar la realidad que por describirla científicamente. La concepción de conjunto de toda la realidad económica se empapó de matiz político y fue a dar soporte, no a las argumentaciones de los estudiosos imparciales, equitativos; sino al depósito dialéctico de los hombres de acción, empeñados en ganar peleas políticas. Y, ante ese entusiasmo polémico versado, más apreciable en las primeras construcciones macroeconómicas que en las elaboraciones de la escuela clásica, era natural que se evitase arriesgar objetividad dando entrada a construcciones a veces atrevidamente parciales en función de razones externas a la ciencia económica.

En el mismo sentido, los artífices de la financiarización de la economía y la apertura incondicional de los mercados, se preocuparon mas por exponer con apariencia científica una realidad creada, que por concebir soluciones para el bienestar general, abiertamente ideologizada, con un conjunto de leyes presuntamente irrefutables, dejando de lado la objetividad, para servir intereses. Teorías basadas en “como es el mundo”, que tratan de desarrollar y demostrar relaciones que son objetivas pero inverificables. Proposiciones que te dicen como debe ser “tu mundo”, juicios de valor.  Enunciados normativos imposibles de comprobar. Análisis economico que incorpora un elemento de subjetividad y lo presenta como inevitable.