Hay respuestas para casi todas la preguntas. No necesariamente la respuesta que uno tenga para dar sobre una situación sea la correcta; pero indefectiblemente será una respuesta.

De un pandemónium de respuestas correctas e incorrectas; una va viendo con cuál estará más de acuerdo, y con cual menos. De esta forma se establece una escala interna de de empatías, por ejemplo: ¿Cómo me gustaría ganar la final Wimbledon? Trampa número 1: Si uno llegara a la final del abierto británico, sin importar la coyuntura del momento, ya habrá hecho un extraordinario torneo; luego, claro está, viene la tierra de los que se consagran; que a su vez… serán severamente analizados y en donde debe ser un kilombo estar.

Ahora volvamos a la pregunta inical y, a la respuesta que a priori me doy de la situación. Hay una final; una final la juegan uno contra otro. No cien contra cien. Jugar una final tiene una certeza: solo un equipo o una persona no querrá estar en el lugar de quién pierde.

Con este panorama te digo; quiero ganar la final de Wimbledon contra un rival calificado, si es el uno o el dos mejor; que el partido se épico. No largo. Épico. Un tie break al borde del riesgo cardíaco, y definir con un contragolpe de revés cruzado a una mano. Ahora; si justo ese año, el 1 perdió con el 8 en 4tos; al 2 le gané yo en semis, y 3,4 y 7 se estén dando besos con las Williams y juego contra el 16 en partido pedorro que se define con una doble falta a la red del rival… de vez en cuando está bien amigarse con la surte que se tiene.

En definitiva; existe lo que a uno le gustaría; y lo que a uno le toca. Habrá que estar preparado para cualquiera de ambas alternativas, pero esa es otra historia.

Los buenos momentos propician otros tantos. Se conseguirán más cosas manteniendo buenos climas que malos climas. No hay que temerle al efecto que se logra teniendo un buen gesto. Entonces; si bien puede sonar grandilocuente lo del pasillo armado por los jugadores de Estudiantes de La Plata para con River Plate, tampoco nos debe pasar por indiferente, que se puede tratar de otra posibilidad de al menos suponer; que competir dentro de las reglas es posible.

Porque si un equipo de fútbol, sea cual fuera, puede; por la razón que más le plazca, hacerle pasillo a otro equipo rival, que viene de ganar un título internacional importante como la Copa Libertadores de América, seguramente también podamos lograr que un jugador de fútbol, pueda patear un corner sin la necesidad de ser cubierto por el escudo de un policía.

Ojalá tengamos todos una buena semana.