Hay gente que no sabe comparar. Mario Cafiero, por decir algo, que de a ratos parece un tipo serio, resulta que es pésimo para comparar cosas. En una carta pública al pícaro gordito, carta que tuvo algún fulgor en los medios, Mario se dedica a defenestrar a Jorge –el pícaro- por su programa donde mostró el video de las primeras pericias en el depto de Nisman. Mario va punto por punto desarmando meticulosamente la opereta del gordis loco, acusándolo de montar una operación demencial, tramposa, mendaz, sesgada y todo eso que sabemos que hace todos los días. Pero además Mario le pega a Jorge por cuestiones de antes, recordando cosas que yo ni sabía, como que Jorge dijo haber estado en el baño de María Marta García Belsunce oportunidad en la que aseguró que era un baño diseñado para que alguien se cayera y muriera solo. También recuerda Mario cuando Jorge acusó a Pachelo de aquellos balazos que no fueron por una caída de María Marta. Y cuenta que la mamá de Pachelo se suicidó cuando terminó de ver el programa de Jorge. Y anota Mario cuando Jorge aceptó dinero de Gorriarán Merlo para su Página12, aunque no menciona el dinero del presente, el del Grupo Clarín. Se le pasó. La carta de Mario habla de periodismo y de política. Para “defender” a la presidenta de las acusaciones de Jorge le recuerda que ella es muy sumisa con los EEUU, y que por eso no trafica armas nucleares, como dijo el pícaro gordito. Asimismo para “defenderla” le pregunta a Jorge si él también cree –como los chicos de la Cámpora, ironiza Mario- que la presidenta sea “una revolucionaria transgresora capaz de romper con los códigos del establishment nuclear mundial”. Cosa que a Mario, que parece un hombre de izquierda, le sería deseable. No sé. No lo entiendo. Por lo que sé Mario Cafiero no quiere que paguemos la deuda externa porque sostiene que es ilegal. O sea que sí le gustaría romper con los códigos de otro establishment mundial. Pero sigamos. Cafiero tampoco aprobó que el pícaro gordito levantara información de la revista Veja recordándole que ahí fue de dónde salió la famosa mentira de las cuentas de Máximo y Garré. Y bueno, todo va así en su carta, palo y palo hasta que llega el final y aparecemos nosotros: el demonio de 678. Porque Mario termina su carta con una gran moraleja para que todos aprendamos, en un párrafo que invoca a la paz universal, la democracia, y las buenas y simples cosas. Léalo que dice así De esa manera el periodismo argentino en las dos vertientes en que se ha polarizado, ha abierto y profundizado una enorme grieta en la sociedad, con un enorme perjuicio para la democracia, la pacificación de los espíritus, y el bienestar general. De cual la única manera de zafar, sería parafraseando al sindicalista Barrionuevo, que por dos años se comprometa a dejar de mentir, aunque no diga toda la verdad, para que la comunidad se desintoxique y se afiance la convivencia. Y que además como corresponde profesionalmente, desista definitivamente del ofuscado bardeo, o sea el usar permanentemente la navaja contra el otro, como se advierte en tu programa PPT, y en 6, 7, y 8.” (sic) Final de la carta. Y yo que ando con poquitas pulgas a esta altura de las cosas, le voy a pedir a Mario que nos clarifique a todos sobre cuál es el parecido entre lo que hace PPT y 678. Que explique un poco mejor por qué decidió asimilar a 678 con Lanata. Que nos cuente en otra carta pública cuándo fue que en 678 se hicieron operaciones falsas, llenas de información falsa, con pruebas falsas, con fuentes falsas, con testigos falsos y con protagonistas televisivos falsos. Que nos muestre un solo caso en que 678 haya inventado una información para atacar, injuriar, menoscabar y escarnecer a quienes a esta altura, no hay que negarlo, son nuestros más empecinados enemigos políticos. (No sería difícil porque los programas están todos en internet.) Me animo a perdirle esto porque creo que lo de Mario es tan equivocado que me obliga a pensar que está forzando adrede su hallazgo de parecidos. De manera que pidiendo verdad, pacificación y el fin del “ofuscado bardeo”, Mario cae en lo mismo que lo escandaliza. Porque a mí me ofusca su falta de veracidad, me ofusca el bardeo de Mario que me viene a acusar de ser un tipo que hace lo mismo que Lanata. Y es una pena, porque una carta que parece valiente y bien pensada, al final resulta la carta de un bienpensante temeroso. Un tipo preocupado porque puedan acusarlo de parcialidad. Y que para salvar su equidistancia no duda en tirarnos a la mierda junto con la mierda que hace el pícaro gordito. Un tipo bárbaro este Mario Cafiero. Que su manera de juntar coraje para criticar a Lanata (no le tenga miedo que no pasa nada, Mario) fue ponernos a nosotros en la misma y exacta bolsa. Y esto podrá tomarse como una defensa menor y parcial a quienes hacemos 678. Pero creo que más allá de mi derecho particular a defenderme, estoy defendiendo el derecho de todos a hacer política donde sea, hasta en la televisión. Hasta en la televisión pública, vea. Y sin mentir. Y las más de las veces desenmascando mentiras. Que aunque ya lo explicamos miles de veces hay que volver a decirlo. Cada vez que aparecen los especialistas “equidistantes”. Esos portadores de sensatez que parecen criticar a la derecha corporativa, calumniosa, inmoral, egoísta, intolerante y abusiva, pero que sobre el final pegan una curva y todo eso te lo tiran a vos por la cabeza. Que si Rodolfo Walsh hubiese utilizado la misma lógica de Mario Cafiero, al final de su carta abierta a la junta militar hubiera agregado un párrafo que mejor ni imaginar. O capaz me lo imagino. Esa carta abierta a lo Mario Cafiero terminaría diciendo que todo lo que hacen los militares en el poder es lo mismo que hacen los grupos guerrilleros que lo enfrentan. La grieta, los dos demonios, iguales pero de signos y extremos opuestos. Esos extremos que se tocan, como asegura el cliché tranquilizador. Mientras la gente de bien, los ecuánimes y juiciosos miran desde afuera y sufren las consecuencias de tanta desmesura “sin sentido”. Si Mario necesita estas cartulinas pintadas para dormir sin sobresaltos, yo lo entiendo. Pero la manipulación no, porque es una cosa fea, sobre todo en una carta con tantas ambiciones éticas. “Pacificación de los espíritus” escribe. Hasta los obispos últimamente se cuidan de ponerse tan eclesiásticos.

Epílogo

Juan Salinas en su muy buen blog Pájaro Rojo publicó la carta. Y lo bien que hizo. En el encabezado aclara que no comparte las comparaciones con Lanata que nos dedica Mario Cafiero. Aunque Salinas nos pega duro por otras razones, y quién no en la blogósfera compañera. Claro que ahí mismo ya apareció el comentario de un lector adiestrado, asegurando que lo de Cafiero “tiene un valor extra porque no puede ser tildado de kirchnerista”. Categoría que -por razones obvias- le quita valor a cualquier cosa. Mario Cafiero ya puede dormir tranquilo. Hombre dichoso.