Me puse a leer las reflexiones que encontré en mi Facebook  y me atacó una especie de virus compartidor de posteos. Sentí la necesidad de replicar las palabras de varios conocidos con otros más. Por ejemplo Ari Lijalad que sostiene sintético y no por eso menos acertado: ”1ra lectura para el FPV, 2 opciones: 1) enojo con electorado 2) replanteo para captarlo”. O Diego Conno que admite la existencia de una “enorme sensación de nostalgia, de pérdida y de dolor por la fragilidad de una experiencia política, que ha sido inconmensurable” pero pide no perder la participación: “También debe ser un tiempo, en el que si algo de todo esto tuvo algún sentido, nuestro pulso no debe ser dictado por la melancolía y el abandono, sino por un mayor involucramiento crítico”. Tommy Barban, repasa sus elecciones presidenciales intentando despabilar hasta al más dormido: “Elegís cómo vas a vivir a partir de ese día y por los próximos cuatro, ocho años. Es mucho tiempo en la vida de cada uno de nosotros. No da lo mismo”.  Clara Paz, con una lucidez furiosa, explica qué se vota también cuando se elige el cambio de Cambiemos: “Votaron la destrucción de la educación y la salud pública. Votaron patrullas parapoliciales que detienen y torturan. Votaron a un gobierno que entró a un neuropsiquiátrico con una topadora y policías a los tiros.” Y Damián Lamanna Guiñazú lamenta no haber podido capitalizar el voto de los apolíticos que quizá hubiera marcado una diferencia: “Me gustaría utilizar este post para enumerar los espacios culturales que fueron clausurados por el gobierno de la ciudad”…”en algún punto, dedico a mi gente querida que elige no votar porque piensa que la política no sirve para nada. Quizá su voto podría haber sido para que podamos seguir haciendo cosas en la provincia sin que caigan inspectores a recaudar todos los días”.

Leo todas estas ideas y coincido plenamente con muchas. Y esto me pone contenta. Lo digo sin culpa: algunas cosas me ponen contenta incluso hoy.

Lo de anoche fue duro. Asumir que las urnas votaron globos y novelas es un dolor grande. Pero celebro tener la posibilidad de votar y de revisar estrategias si no funcionan. Festejo la conciencia creada en estos años, y estar tan de acuerdo con tantos . Siento que ahora nos hermana algo que no se pudo construir antes de esta instancia electoral. Llegamos a la primera vuelta muy fastidiados. Este golpe realmente nos une. No sabemos si ganará el FPV, siempre hubo reparos con el candidato. Pero en estos años ganamos una sensibilidad común, ganamos haber visto a la mejor presidenta de la historia, no todos tuvieron este lujo. Ganamos ya la posibilidad de saber que otra realidad es posible. Eso no lo vamos a perder nunca y va mucho más lejos del resultado de esta elección. Nosotros vimos que se pueden hacer funcionar recetas alternativas a las del neoliberalismo y terminar un gobierno sin rendirse ante los golpes destituyentes. ¿Qué vamos a hacer ahora?: Seguir rompiendo los nervios de algunos con convicción. Seguir peleando porque no revienten a palos a los locos en el Borda o endeuden a un país en manos de las multinacionales. Vamos a defender la AUH, la redistribución, la memoria, nuestros recursos y nuestros trabajos. Qué va a ser difícil es seguro, pero ya la tuvimos difícil varias veces. No perdamos nunca la alegría que nos dieron estos años, no perdamos nunca el amor que sentimos por  un tiempo que nos mostró altas las banderas de muchos de nuestros ideales. Que florezcan mil huevos y mil ovarios que van a hacer falta, porque corazones ya tenemos.