Introducción

Primera idea disruptiva frente a la guerra comercial entre China y EE.UU. Acecha una mudanza alborotadora para la economía global. Se están estableciendo circunstancias extraordinarias para la Argentina. Los países deben buscar centros de producción alternativos. Por ahora no se escuchan propuestas.  

En otro orden de cosas, Portugal ha demostrado al FMI y Europa que “hay otro camino”, dijo el eurodiputado socialista João Galamba. Una buena frase que ya la se puso de moda aquí. Pero con eslóganes de campaña no mejoramos, y no podemos ignorar que Portugal queda en Europa.

Desde 1975 experimentamos 12 recesiones y 11 recuperaciones, entonces poseíamos el 75% del PBI per cápita de los países ricos, hoy nos deslizamos hasta 32%. Llevamos 44 años escuchando el debate entre monetaristas y keynesianos. “Lo desventajoso de los economistas es que no estudian Ciencia Política”, (Stiglitz en el Hotel Panamericano 2005).  

Con “el Rodrigazo” se iniciaron las crisis macroeconómicas contemporáneas más espeluznantes, producto de apasionamientos conducentes a  naufragios. Desde averías hasta perjuicios de magnitud. La crisis macroeconómica tiene consecuencias catastróficas. Destruye activos, aumenta la incertidumbre, y la aversión al riesgo. El dinero demanda activos seguros; cae el PBI, el consumo, la inversión. Se desapalanca el crédito y restringe el mercado de capitales, se derrumba el valor de la moneda que acelera la inflación y, se extiende la pobreza que empeña el bienestar ulterior de las próximas generaciones.

Un ambiente vacilante de ideólogos binarios, originaron grandes oscilaciones impidiendo que la Argentina y los argentinos tuviéramos un rumbo. Las razones esgrimidas son: a) gastamos más de lo que tenemos o, b) debemos seguir aplicando estímulos aun luego de crecer 70%. Ambos con el irreal imaginario de vivir en la Eurozona o EE.UU.

Este es el momento adecuado para intentar una reingeniería que socave la normatividad de la oposición ideológica binaria. Tenemos que deconstruir, des-ontologizar  estas imposiciones  frecuentes

El desafío es alto. Vivimos en medio de una era-no de una franja de edad-que privilegia el “aquí y ahora”. Yo mismo no quiero esperar más. Las proposiciones de largo plazo son anacrónicas e inconsistentes con los seres humanos de hoy día.

Ninguna quiere promesas de bienestar para dentro de veinte años. Ninguno debería decir: ¡es por acá! Nadie sabe a esta velocidad de cambios tecnológicos cuales son los caminos de largo plazo que conducen al éxito, aunque si podemos intentar una nueva estrategia. Inclusive las nociones de éxito son subjetivas y relativas. -¿Éxito en qué y para quién?-

China es el ejemplo más claro de los antagonismos del capitalismo en “modo pragmatismo”. Las oposiciones monetaristas y keynesianas representan una brecha cultural muy básica. Argentina ya tuvo suficiente con esas simplezas. A los resultados me remito.

A muchos no nos asustan las eventuales sanciones de incumplimiento del FMI. Lo que si tememos, es el regreso de elencos anteriores, ya sean neocolonialistas o, eminencias utópicas con escasa o nula experiencia en el saber de cómo funciona el mundo. Cómo piensa el sector privado y que herramientas pueden usarse. 

Por una vez analicemos una propuesta disruptiva. Anti-inmovilismo conservador

Podemos dar lugar a la excepcional capacidad de recuperación que tiene nuestro país. Estamos asistiendo a una inmejorable circunstancia que da margen a una estrategia creativa e innovadora. La constitución de una alianza original e inédita, el diseño de un nuevo perfil de sesgo comercial y solución financiera, que presenta una clara y extrema oscilación de los “negocios país”.

Una alianza de comercio exterior con un país experto, rico y, absolutamente complementario.

El exceso de enfoque financiero, paradójicamente nos ha dejado sin  capitales. Nos hemos quedado sin el financiamiento indispensable para reactivar las inversiones que pueden incorporar rápidamente recursos humanos al mundo de la producción y el trabajo. Las inversiones llegarían esta vez. Los inversores productivos acechan donde perciben potencial de actividad y crecimiento. Si un país aparece como un garito, no llegarán. Esto es concluyente y, ninguna otra forma que no sea crecimiento verosímil, establece confianza para invertir.

La alternativa para accionar la confianza no es un camarero derechoso

Para renegociar la deuda,-al decir del pensamiento hegemónico-es necesario demostrar que la economía real es “viable”.  Que no me guste la palabra viable, no significa que pueda modificarla en sus diccionarios.

La generación de un flujo puro y marginal para considerar la re programación de la deuda, solo es posible a partir de un "boom de exportaciones". Esto fue mencionado en forma retórica por el presidente Macri, en su visita a Japón: “La Argentina es un país que produce alimentos de calidad para 400 millones de personas…y aspiramos a llegar en 2025, a 600 millones…” Aspirar no es saber cómo hacerlo. -La pregunta es: -¿Alguien quiere saber cómo?-

Inicialmente aprovechando la infraestructura ociosa, como base preparada para contener progresivos niveles de actividad. La riqueza natural  le ofrece pista de aterrizaje al denuedo japonés. Necesitamos  despojarnos de prejuicios.

Hay que encarar en forma inmediata  un acuerdo “sui generis” con Japón, antes que lo haga otro país

Obtener “de una vez” know how comercial exportador, capitales, mercados y tecnología. Para mantener la solvencia fiscal intertemporal, la carta decisiva es una alianza estratégica para exportar inconmensurablemente, que garantice la renegociación de la deuda pública.

Con la confección de un borrador  y el anuncio de una exploración con un socio como Japón,  regresa el entusiasmo perdido y la confianza en el  “ingenuity” de nuestras instituciones económicas.

¿Cómo funciona?

Cuando existen indicios que algo se hace inadecuadamente (exportar), lo mejor es  buscar a alguien que lo haga mejor. Es parte del movimiento estratégico más amplio de la sociedad global del ambiente productivo. Recurrir al conocimiento, la experiencia y la creatividad de los que saben, aplicada al proceso que no funciona. Reproducción de dólares propios. La “alianza con un distinguido” que no genera suspicacias ideológicas ni políticas. Japón no es EE.UU., Rusia, Irán o China. Es un país repleto de complementariedades. Extendemos nuestro propio negocio argentino (somos un país Pyme) con ingeniero prestado que viene a trabajar en nuestro enorme galpón, y va a emplear, enseñándole el oficio a nuestros hijos. Nos presta sus mejores vendedores y los más prósperos clientes de mercados asiáticos, con capital necesario para financiar la cruzada.

La experiencia de la innovación y la creatividad

Argentina luce desprovista de gestión, tecnología, innovación y know how. No compartimos ideología, ni metodología, pero sabemos escucharnos. Es necesario oír al que piensa distinto para enterarse.

Guillermo Calvo dixit: “es tal el actual grado de incompetencia, que de repente Cristina es lo mejor que le puede pasar al país”. Con Guillermo hablamos dos veces en seis meses en Columbia y, no se puede decir que sea “un militante K”. Recuerdo una reflexión en su oficina: “listo, detestamos a los EE.UU.”-¿Y?-¿Que mas?-¿Qué podemos hacer?- Se refería-no a mi-, sino a la critica con ausencia de propuestas.

Nuestro país tiene que incorporar al Poder Ejecutivo, administradores más ágiles. Comprometerse e irrumpir en el mercado mundial, en medio de una crisis donde habrá que reestructurar la deuda pública, no habrá tiempo para un entrenamiento. Necesitamos renegociar y lograr crecimientos fantásticos de exportaciones e inversiones al mismo tiempo. Podemos pensar más ambiciosamente que el presidente Macri. Exportaciones con valor agregado, cuatro o cinco veces más exportaciones que además se financian con inversiones que arriban para tales fines.

Innovación para “La Economía del NO SE PUEDE”

Existen abundantes argumentos para pensar que las exportaciones son  la solución. Sin embargo, nadie intenta lanzar ideas innovadoras por miedo a recibir arrogantes descalificaciones de ex funcionarios expertos, sin resultados sobresalientes.

¿Si nos sinceramos y aceptamos que no se sabe cómo?

Tenemos una extraordinaria prosperidad dormida por desconocimiento, sospechas ideológicas, sospechas por inseguridad profesional, falta de coraje y fe.  Agreguemos egoísmo, falta de apoyo promocional e interés empresario, mas una constante tentación de ganancia financiera inmediata.

Los economistas de partidos políticos han esquivado el tema. No están fuertes en comercio exterior ni llegada de inversiones en medio de un proceso de reestructuración de deuda; de eso, no se habla.

Un acuerdo con Japón, otorgándole la locación de un fondo de comercialización internacional de exportaciones argentinas adicionales

Una propuesta de este tipo, en el actual momento que atraviesa Japón, sería de una escrupulosidad inmejorable, pensando en sus necesidades, más que las nuestras.

En muchos casos de empresas con dificultades financieras, el alquiler de un fondo de comercio supera el valor de la empresa.  “Good Will”. Aún concursadas  y quebradas las empresas, también tienen negocios potenciales. Incluso los clubes de futbol. Recuerde a Racing Club quebrado antes del turn around. “De la bancarrota al campeonato”. Asimismo estas acciones se hacen para obtener capital de trabajo o know how, cuando no se tiene financiamiento ni se sabe explotar el potencial que se posee.

¿Porqué los japoneses deberían interesarse?

Hablando con japoneses, es fácil saberlo. Las empresas en el mundo se están reconvirtiendo radicalmente. Me refiero directamente a cambios de rubro. Para Japón puede representar la posibilidad de integrarse industrialmente, desde la materia prima hasta la exportación de agro alimentos terminados en la Argentina. Muchas familias de productos nuevas se lograrían industrializando productos primarios y derivados. Se diversificaría su portafolio de negocios para competir con italianos y franceses; compensando a la vez su excesivo enfoque en electrónica, metalmecánica  e informática, hoy altamente saturadas y commoditizadas. Tenemos que defender nuestra materia prima. Si la quieren, se la pueden llevar manufacturada en la Argentina por ustedes mismos. No alcanza con enviar aceite a granel y granos, como se conforma el presidente.

Japón carece de recursos naturales. Argentina tiene abundancia  de petróleo, gas, alimentos, extensiones territoriales. Sería para Japón, abrir un horizonte hoy inexistente, encerrando la posibilidad de fabricar y exportar inclusive hacia su propio país con su delicado eslogan: “sano, natural y fresco”. Proveedor de sus propios productos, que además acciona para nosotros la palanca del sudeste asiático.

Cabe recordar el creciente dinamismo que han cobrado nuestras exportaciones en las últimas dos décadas a países como Corea, China, India y el propio Japón.

Es un secreto a voces que los europeos nunca aprobarán que los argentinos le suministremos una porción importante de su comida. En otras geografías, -¿Quién podrá dudar de las normas de calidad, producción y salud, si la industria japonesa pone el sello ARGENJAPAN?-

Contexto actual, oportunidades

Para Argentina, incorporar a un país versado en exportaciones de manufactura y rico, que aporte  inversiones, tecnología y know how a cambio de un "management fee" sería más que lúcido.

La configuración futura de la economía global disminuye las posibilidades de ingreso a los mercados voluntarios de crédito. Ya estamos primeros en la lista de países vulnerables. Por necesidad, más que por virtud, tenemos que abandonar la idea de recuperar el mercado de colocación voluntaria de deuda.

Financiamiento genuino. Ingreso de divisas. No podemos subestimarlo.

El déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos se vino financiando con ahorro externo y en 24 meses colapsó. Se requiere reducir los déficits gemelos y, esto solo es posible a través de un fuerte superávit comercial que no sea producto de la caída de la actividad económica que vemos hoy. La decadencia de la rentabilidad debido a la paralización del consumo doméstico, la falta de financiación y desempleo se seguirán acentuando en los próximos trimestres.

UP SIZING - La última oportunidad de intentar algo grande, sin dolor

Ya probamos, es imposible continuar aplicando medidas constrictivas que limiten la demanda interna para aumentar el excedente exportable en la Argentina. Necesitamos un “boom de exportaciones”.

Debemos abordar un acuerdo con Japón (desde Relaciones Económicas Internacionales y Hacienda) otorgándole beneficios preferenciales  para la IED, junto a las importaciones destinadas al desarrollo y la exportación de productos “made in Argentina”. A cambio y como “prima de ingreso” Japón avala una emisión de bonos argentinos a 10 años directa, para realizar el canje de Deuda. Todo monitoreado por el FMI.

Sin invertir capital, Japón solo garantizaría un bono “AAA” por, digamos u$s100.000MM, garantizados con exportaciones argentinas. Con esos bonos hacemos un trade off comercial-financiero. Rescatamos 100.000 millones en deuda onerosa a cambio de tasas civilizadas. El solo ahorro de intereses puede estar en el orden de los 5 mil millones de dólares anuales. A su vez, Argentina le garantiza a Japón el cumplimiento, con una parte proporcional del superávit excedente de divisas de los próximos años-hoy en déficit-. De paso evitamos que el ingreso planche el precio del dólar muy por debajo de lo conveniente y el exceso de pesos vaya a precios internos. Se puede constituir una cuenta de garantía supervisada por el FMI. Por el momento los tenemos adentro.

Satisfacción para Japón:

Pagamos un “management fee” por el aumento de dólares ingresados por nuevas  exportaciones. Las que se generen en los próximos 10 años. Incentivo de millones de dólares anuales, por la utilización de su know how y aval (intangibles) en un tiempo determinado. Esta estrategia también diversifica la oferta de exportación de Japón (alimentos y transferencia de tecnología). Brindaríamos una opción (option) al final del acuerdo para que se renueven los plazos (por ejemplo, por 10 años más) a cambio de un fee decreciente y transferencia definitiva de tecnología. Mediante operaciones auto liquidables, podremos cancelar deuda con recursos genuinos en lugar de hacer ajustes insoportables.

Solución genuina al riesgo de insolvencia fiscal intertemporal y reactivación 

Una opción fuerte: disminuimos en forma contundente los déficits gemelos y garantizamos la extravagante deuda. Híper canje garantizado con híper comercio. Una solución sustentable y mayor PBI per cápita a una población que perdió en tres años buena parte de su bienestar.

En este momento estamos aislados-nos caímos del mundo-, estamos sulfilados por el FMI, debemos elegir entre reinventarnos o explosionar. El campo de batalla de los próximos años es una crisis mundial de comercio. Lo que ahora está en juego es la esencia de nuestro último y reconocido bastión nacional. La creatividad e ingeniosidad argentina.

*Del libro ARGENJAPANS. Máster en Política Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política, Profesor de las Maestrías (MBA) (MCMO) (MCHRO). Titular de www.hacer.com.ar , www.pablo.tigani.com autor de 6 libros, más de 900 papers y artículos.