Para quienes obtuvieron el apoyo democrático y a los millones que creyeron en una propuesta superadora a la nuestra mi respeto y felicitaciones. De lo que se trata es que las sociedades desde lo político se ordenan a partir de ideas, con las cuales se puede ganar o perder. Lo que no puede aceptársele a un dirigente encumbrado es la actitud acomodaticia del todo vale solo para su beneficio personal.

De la Sota contribuyó a la derrota del Peronismo. Más allá que su actitud haya o no sido determinante hizo todo lo posible para que lo fuera. Su nefasta especulación y egoísmo personal pudieron más que el proyecto del conjunto. Poco le importó que estábamos frente a dos modelos bien diferenciados, uno de ellos defendido y consustanciado con lo que el Justicialismo expresa, y actuó cuanto menos con una fenomenal ingratitud hacia quienes lo apoyaron en sus momento más difíciles, cuando las posibilidades de triunfo electoral se le negaban una y otra vez. Su único objetivo es medrar con la derrota. Ya logró hacer Diputada Nacional a su esposa Adriana Nazario, devenida en dirigente peronista como burla a la historia de nuestro movimiento en la provincia.  Ahora especula entre proponerse como el salvador del peronismo buscando la presidencia del partido, o arreglar algún cargo con el nuevo gobierno o negociar los espacios que le corresponde a la oposición articulando una farsa republicana de oficialismo-oposiciòn con el fin de alimentar su beneficio personal.  De la Sota da pena.