A veces se quiere encerrar todo en una noticia, como si en el último muerto no estuviera el primer muerto de la humanidad, como si en el anciano que hurga en la basura no estuviese el primer esclavo de la historia. La torpeza de considerar que un hombre no es la humanidad, que en la última tragedia no está la primera, o que en la belleza que nos conmueve no está la primera hermosura que asombró al corazón humano.

Es más que un error, dejar de advertir que en cada paso están todos los caminantes: un paso y Moisés y su Pueblo, otro paso, y los sirios caminando hacia quien sabe dónde. ¿Creemos que el riachuelo contaminado no tiene nada que ver con los ríos envenenados en el medioevo, consideramos que Trump nada tiene que ver con Calígula? ¿Acaso la publicidad que nos invita a ser hermosos comprando un desodorante no tiene algo que ver con los mercaderes que Cristo echó de los templos?

Nuestra derrota es olvidar que somos el que murió encadenado y el filósofo que nos hablaba de la caverna; nuestra derrota es creer que el diario de hoy nos puede informar más que la historia de la cerámica precolombina; nuestra derrota es considerar que somos libres mientras dejamos de escuchar los alaridos del genocidio armenio, ¿acaso creemos que disfrutando de la refinada orquesta, se callarán? Nuestra liberación consiste en comprender que la música nos ayuda a sobrevivir en medio de esos alaridos que persisten, los de las antiguas matanzas en Latinoamérica, África, los Balcanes, en Argelia o en cualquier rincón del planeta; los arquitectos deben construir cargando sobre su alma, las ruinas en Bagdad y en Damasco, los amantes deben amar llevando en sus corazones el peso de millones que pasaron por la vida sin conocer el amor; los poetas deben cantar con el silencio de los que hasta les arrancaron el idioma, porque nuestra derrota es creer que con nosotros comenzó el mundo, que con nosotros empezó la vida.

Si queremos cambiar el mundo, visitemos el dolor del hombre de la prehistoria y algo entenderemos de la tragedia de hoy, del drama de mañana.