Manu Chao parece estar muy pendiente de los reclamos sociales en nuestro país. Hace poco lo vimos pidiendo por los músicos callejeros, ahora, por los agrotóxicos. En realidad, en contra de estos productos con los cuales se fumiga y bregando porque la justicia le lleve un poco de tranquilidad a la familia de Nicolás.

Haciendo un poco de historia, el caso ocurrió en 2001, en la localidad correntina de Lavalle, a poco más de 200 kilómetros de la capital provincial. Allí, Nicolás Arévalo, falleció a causa de los agrotóxicos.

El abogado de la familia contó a Télam que Nicolás "vivía junto a su familia a 15 metros de una plantación de tomates, en la que se realizaban fumigaciones habitualmente" y que el "1 de abril de 2011, él y su prima, Celeste, se enfermaron y fueron hospitalizados".

El pequeño Nicolás "no sólo se había contaminado con pesticidas por inhalación, sino que además, cuando iba con su hermana mayor a un almacén cercano, pisó el agua de un desagüe que atravesaba la vía pública y el agroquímico lo afectó por contacto directo dérmico y por eso resultó afectado más gravemente que su prima".

"El agua contaminada cruzaba la calle, donde había una precaria madera puesta a modo de puentecito, pero él se resbala y pisa el lodo del desagüe que provenía de la propiedad del productor Ricardo Prieto", detalló.

Hoy, este productor rural está imputado por la muerte del chico de cuatro años, y hace pocos días comenzó el juicio en la localidad correntina de Goya. Según la acusación, "en la chacra de tomates y hortalizas, ubicada en Puerto Viejo Lavalle, se hicieron fumigar plantaciones sin la prevención de controlar en forma personal el proceso, que se realizó con las cortinas de los tendaleros levantadas".