Las calles de la capital de Austria regalaron este show tan insólito como talentoso. Los jóvenes artistas fabricaron sus propios instrumentos con dos elementos tan comunes como una escoba y una pala.

Agregándole micrófonos y algunas cuerdas consiguieron hacerlos sonar muy parecido a muchos instrumentos de cuerdas, pero con mucho menos dinero. Además dejaron en claro que pueden brillar con las herramientas más rudimentarias.