El dub es un género que te envuelve y te hipnotiza. Su fórmula mezcla ecos y sonidos que se desarman y estallan por el aire para que el tiempo flote sobre un infinito ‘delay’. En esa alquimia se fusionan los latidos de los graves con la aparición intercalada de melodías. Todo ese volumen musical se amontona en el ambiente y convive en armonía. Es un ritmo fascinante, con un híbrido mágico que te atrapa y te libera. Por su naturaleza, el dub es hechicero.

Su creador es Lee “Scracht” Perry, y su discípulo predilecto es Mad Professor. Ambos trajeron su ritual burbujeante a Buenos Aires, con un show magnifico, o mejor dicho, con un show champagne.

Con la excusa de presentar “Black Ark Classics In Dub”, lo nuevo de Mad Professor y Lee Perry, los referentes de esta movida realizaron una serie de presentaciones por varios países de América Latina, entre ellos, Perú, Brasil, Uruguay, Chile y Ecuador. En ese contexto, Argentina, Buenos Aires, resulto ser una cita obligada.

El inicio del show en Lima:

En Argentina:

El pasado miércoles 7 de octubre la acción en el colmado boliche “Groove” de Palermo, se largó con la performance de “Uniko Dubs”, el proyecto de Nicolás Limardo, un referente de la escena local que ahora se desenvuelve con varios instrumentos, preferentemente guitarra y melódica, para sumergirse en la cadencia del ritmo jamaiquino.

Después de iniciar su set con retoques del clásico “Crazy Baldhead” de Marley, “U-Niko” desplegó un repertorio ágil que le permitió repasar sus diferentes discos, entre ellos, el flamante “Heartikal”.

La muestra perfecta del ADN del dub empezó con el productor anglo-guyanés Mad Professor, encargado de girar las perillas y remezclar las pistas. Nacido con el nombre de Neil Fraser, es uno de los colaboradores predilectos de Lee Perry, y la principal figura del dub británico en la actualidad.

Con la música buceando en el lugar, el extravagante Perry subió al escenario con la barba y el cabello pintado de un rojo intenso, las manos cargadas de joyas, colgantes sobre el cuello, un sombrero metálico adornado con medallas, un tapado largo con diversas imágenes del emperador etíope Haile Selassie, y una resplandeciente copa de champagne que ubicó encima de los parlantes.

(foto: Felipe Lemus)

Con el apoyo en la consola de Mad Professor, Perry reinterpretó varios clásicos como “Soul Fire”, “Party Time” y “Sun is shining”, entre otras. Entre canción y canción, aprovechaba el breve descanso y alzaba la copa para brindar con su gente.

Mientras los temas se sucedieron y las burbujas de su trago se batían en la copa, él se fue soltando. Con movimientos desfachatados se mostró carismático. Con una confusa lucidez, le impregnó mística y delirio a su puesta en escena. Al promediar su show, y como una metáfora de la velada, el dub disparó un efecto similar al del champagne, por su refrescante sonido burbujeante que se filtra en el cuerpo hasta subirse a la cabeza.

- San Pablo, Brasil, octubre 2015:

Lee Perry:

Si bien el rótulo de “leyenda viva del reggae” se utilizó de forma apresurada y ventajosa para inyectarle una ocasional dosis de marketing a la obra de algunos artistas, es innegable que esa consideración le calza a la perfección al hombre que nació en Kendal, Jamaica, en 1936, bajo el nombre de Rainford Hugh Perry.

En los lejanos años sesenta su figura trascendió las fronteras del Caribe por la inusual forma de grabación que experimentaba, mediante efectos extraños y técnicas innovadoras. Así supo grabar al joven Robert Nesta Marley en los ’70, dándole el empujón que -el ahora ícono rasta- necesitaba para mutar en el líder de los taquilleros The Wailers.

Desde ese momento, “Scratch” desató una magnifica carrera como productor, con una trayectoria tan desenfrenada como audaz y tan sublime como transgresora, que le permitió coronar varios éxitos en América y Europa.

Informe para el Suple NOSE: Mauricio Polchi.