'Familia: grupo de personas formado por una pareja que convive y tiene un proyecto de vida en común'. Nunca podríamos haber elegido una mejor palabra para describir a esta banda.

Durante todo el recital este concepto de familia se mantuvo al tacto, y no solo con la gran conexión que hay entre la banda y su gente, sino también entre el público mismo, que se lleva parte del protagonismo en cada recital.
Gritos desde el pogo a un amigo fotógrafo en las alturas: "¡Bajá pollerudo!", risas, grupos de amigos que se encuentran y cosas por el estilo suelen pasarn en los 'toques' (tal como le dicen los hermanos uruguayos a los recitales).
Ya de entrada, apenas llegamos al recinto de Palermo nos cruzamos con los integrantes de la banda en la puerta, como nos pasó con el bajista Juan Lerena. "¿Qué hacés acá?", le preguntamos. "Nada, tomando un poco de aire", nos contesta con total tranquilidad, como si estuviera en el patio de su casa.
"¿Cuándo arrancan?", preguntamos... "En 15", nos dijo juancito y se fue para los camarines para prepararse. Es que, si ponemos la palabra humildad al lado de la de familia, creemos que sería la combinación perfecta para estos camaradas.
Pero hay otra palabra que calza muy pero muy bien: sonido. El show de los Tiros como siempre no defraudó, a pesar que no estuvo el guitarrista Bruno Andreu -reemplazado por Leonardo Coppola- ya que según dijo 'El Negro' al principio del show: "Está a punto de ser papá".
Pero Leonardo se tocó todo, se la bancó más que bien y Santi Bolognini hizo lo suyo con gran profesionalismo, en un Niceto que suele sonar bien y que se ve bien de todos lados. Mejor donde nos ubicamos nosotros, justo detrás del pogo del centro, donde teníamos todas las opciones de diversión a nuestro alcance.
La lista repasó un poco de cada disco, comenzando con 'Look cool', 'Alarma', y 'Mal de Karma', y finalizando con 'El tipo q', 'La canao', 'El globo', y 'Tu postura'. Cabe resaltar que en casi ningún pasaje del recital la gente estuvo parada. Siempre bailando, los más pendejos pogueando y los viejitos disfrutando desde el fondo.
Tal como avisó el cantante -y el que avisa no es traidor-, este show fue una última caricia antes que se pongan a trabajar en su próximo trabajo discográfico, sucesor de Imán, y si están pensando en superarlo van a tener un gran, qué digo gran, un monumental trabajo por delante.
Si de conclusiones hemos de vivir, podemos decir que Once Tiros está en un buen momento: una banda madura que acaba de sacar un disco que gustó y mucho por estos lados y encima con producción propia, laburan bien, están acompañados por un buen grupo de trabajo y cada vez van cosechando más sus frutos. Sin duda, esta familia, crecerá cada vez más.

Durante todo el recital este concepto de familia se mantuvo al tacto, y no solo con la gran conexión que hay entre la banda y su gente, sino también entre el público mismo, que se lleva parte del protagonismo en cada recital.

Gritos desde el pogo a un amigo fotógrafo en las alturas: "¡Bajá pollerudo!", risas, grupos de amigos que se encuentran y cosas por el estilo suelen pasar en los 'toques' (tal como le dicen los hermanos uruguayos a los recitales).

Ya de entrada, apenas llegamos al recinto de Palermo nos cruzamos con los integrantes de la banda en la puerta, como nos pasó con el bajista Juan Lerena. "¿Qué hacés acá?", le preguntamos. "Nada, tomando un poco de aire", nos contesta con total tranquilidad, como si estuviera en el patio de su casa.

"¿Cuándo arrancan?", preguntamos... "En 15", nos dijo juancito y se fue para los camarines para prepararse. Es que, si ponemos la palabra humildad al lado de la de familia, creemos que sería la combinación perfecta para estos camaradas.

Pero hay otra palabra que calza muy pero muy bien: sonido. El show de los Tiros como siempre no defraudó, a pesar que no estuvo el guitarrista Bruno Andreu -reemplazado por Leonardo Coppola- ya que según dijo 'El Negro' al principio del show: "Está a punto de ser papá".

Pero Leonardo se tocó todo, se la bancó más que bien y Santi Bolognini hizo lo suyo con gran profesionalismo, en un Niceto que suele sonar bien y que se ve bien de todos lados. Mejor donde nos ubicamos nosotros, justo detrás del pogo del centro, donde teníamos todas las opciones de diversión a nuestro alcance.

La lista repasó un poco de cada disco, comenzando con 'Look cool', 'Alarma', y 'Mal de Karma', y finalizando con 'El tipo q', 'La canao', 'El globo', y 'Tu postura'. Cabe resaltar que en casi ningún pasaje del recital la gente estuvo parada. Siempre bailando, los más pendejos pogueando y los viejitos disfrutando desde el fondo.

Tal como avisó el cantante -y el que avisa no es traidor-, este show fue una última caricia antes que se pongan a trabajar en su próximo trabajo discográfico, sucesor de Imán, y si están pensando en superarlo van a tener un gran, qué digo gran, un monumental trabajo por delante.

Si de conclusiones hemos de vivir, podemos decir que Once Tiros está en un buen momento: una banda madura que acaba de sacar un disco que gustó y mucho por estos lados y encima con producción propia, laburan bien, están acompañados por un buen grupo de trabajo y cada vez van cosechando más sus frutos. Sin duda, esta familia, crecerá cada vez más.

Fotos por: Facu Cardella