Sin duda, Chuck Berry tuvo un funeral a su medida. El músico fue despedido por miles de fans, por su familia y amigos en su ciudad natal: St. Louis, Missouri, Estados Unidos.

Allí se llevó a cabo un velorio abierto para que el pueblo pueda homenjear al 'padre del rock n roll', fallecido el pasado 18 de marzo a los 90 años.

Durante las cuatro horas que duró el adiós, el cuerpo de Chuck a cajón abierto permaneció en una capilla ardiente. Miles de fans hicieron largas colas para poder despedir a este mítico músico norteamericano.

Junto a él permanecía su Gibson ES-335 colgada en la parte interior de la tapa del ataúd, mientras, en las calles, sonaba la música de Johnny B. Goode, Sweet little sixteen y Roll over Beethoven.

Todo el local estaba lleno de coronas de flores, incluyendo una con forma de guitarra enviada por los Rolling Stones, quienes admitieron que Berry fue una gran influencia para ellos.

Una vez finalizado este funeral abierto se llevó a cabo uno más privado, al que asistieron únicamente los amigos cercanos y familiares, antes del entierro definitivo.