En una reciente entrevista con Lars Ulrich, baterista de Metallica, Dave Grohl contó cómo fue el bizarro encuentro con Lemmy Kilmister, cantante y bajista de Motörhead, cuando lo visitó en su departamento.

La entrevista completa:

“Estaba muy nervioso. Una vez que entrás al edificio, es como esa rara escena de Pulp Fiction. Cuando voy caminando pienso ‘¿me van a asesinar?’, y de repente aparece un tipo que trabaja para él y me dice ‘¡por acá!’”.

“Entro en el departamento y hay una invasión de películas porno por todos lados, revistas y las putas reliquias nazis de colección. Gracias a Dios él no era nazi pero coleccionaba toda esa mierda. Voy para una esquina del lugar y lo veo sentado en su sillón con una tanga que nunca olvidaré. Tenía a su viuda negra -araña- apoyada justo en la pija. Era negra, su viuda negra y nada más. En bolas, sólo con una tanga y una araña en la pija. Se había teñido el pelo de negro”.

El día que Dave Grohl entró al departamento de Lemmy Kilmister y lo encontró en tanga

“Estaba dando una entrevista por teléfono. En la tele había un puto videojuego en pausa. Se pone a murmurar. Me siento en el sillón y le pregunto ‘¿qué sigue ahora?’, y me dice ‘¿querés algo de tomar?’, y yo le digo ‘dale’. La forma en que lo sirvió fue tan copada…. el tipo en la cocina tenía hielo y Coca pero la botella -de Jack Daniels- la tenía siempre a su lado. Dejó menos de un cuarto del vaso para la Coca”

En ese momento, Lemmy le mostró el nuevo disco de Motörhead pero Grohl tenía muchas ganas de orinar. Sin embargo, se aguantó un tiempo y luego se decidió a ir. “Entré al baño y pensé ‘este tipo se acaba de teñir el pelo’ porque parecía como si alguien se hubiera soplado la cabeza en la pileta del baño. Estoy meando y cuando me voy a lavar las manos pienso ‘mierda, ¿dónde está la toalla?’. Noto que hay batas sucias colgando de esta cosa detrás de la puerta y digo ‘ok, voy a tocarla lo menos posible para secarme’, momento en que se me caen todas las batas juntas y tiré los perfumes por todos lados. Fue el mejor día de mi vida. En cada cuarto del departamento había un puto videojuego en pausa”.