Para la última edición del año de Chango Feroz, Andy tenía guardado un capítulo de lujo, y lleno de rock. El músico dejó de lado el trío que estaba disfrutando junto a Adriana Aguirre y Ricardo García, y sorteó varias dificultades hasta llegar a Niceto para rockearla junto a Charly García.

Como el notero se demoró haciendo de las suyas, se quedó sin corista y sin vestuarista, y para peor, el teclado que iba a utilizar no funcionaba. Para lograr sobreponerse a estas trabas, tuvo que recurrir a sus amigos Ricardo Mollo, Fito Páez y Charly García.

Primero, Andy le pidió una púa al líder de Divididos, para que la pueda usar el guitarrista de su show. La consiguió, y luego fue por algo más, y le solicitó la presencia de Natalia Oreiro para los coros, aunque ahí no tuvo suerte.

Más tarde, el cronista de Duro necesitó “algo elegante” para vestirse, y recurrió a Fito, quien le entregó el “saco inglés” que tenía puesto en ese momento, y luego lo despidió con un beso demasiado cariñoso.

Como el teclado no funcionaba, el notero fue a verlo a Charly García, quien le cedió el suyo, y entonces sí salió disparado hacia Niceto. En el camino, la limusina que lo transportaba fue interceptada por una policía particular, quien lo detuvo por una denuncia de alguien cuyas iniciales son “E” y “F”, aunque luego de un arreglo, el músico pudo seguir su camino.

Finalmente hubo show. “Vengo a cooperar con Andy, en su lucha por no sé qué, pero estoy de acuerdo”, introdujo Charly antes de comenzar a tocar junto al notero de Duro, para que ambos cierren el año a puro rock, en un capítulo de Chango Feroz inigualable.