En la previa de aquel 30 de mayo, la banda había comunicado la decisión de dejar de tocar pero sin especificar por cuánto tiempo o los verdaderos motivos del stop, aparte de reconocer que ya no sentían la "espontaneidad" de siempre. Por eso, la sensación de aquella helada y mojada noche en Núñez tenía el tinte de una despedida, con miles de fanáticos acongojados con lágrimas en los ojos. 

Quien decidió apostar a su carrera solista y la formación que hasta hoy lo mantiene "copado" junto a Los Persas, recordó el sabor "más agrio que dulce" de aquella noche, donde convivían la ilusión de subirse al escenario más grande al que un rockero puede aspirar y la pesadilla interna que compartía con sus compañeros, con 20 años de camino recorrido codo a codo. 

Ciro dejó en claro cómo quedaron los 'bandos', cuando Mario Pergolini preguntó sobre la posibilidad de un regreso: el cantante repasó la situación con cada uno de los músicos después de terminar aquella maravillosa historia y graficó como "una careteada" la posibilidad de volverse a ver con ellos. ¿El regreso a los escenarios? Ni ganas de volverse a juntar.