Agustín Briolini se preparaba para dar un importante concierto, pero terminó muriendo arriba del escenario, agarrado a su guitarra, esa con la que compuso sus canciones, y al micrófono del Teatro del Sol, en Villa Carlos Paz.

Todos recordamos el caso de este músico fallecido el año pasado, podríamos decir, asesinado por la corrupción y la desidia de empresarios inescrupulosos.

La noticia vuelve a la escena por un titular que nos sorprendió: "Imputaron de “homicidio culposo” a dos sonidistas por la muerte de Agustín Briolini", nota que realmente nos causó estupor. ¿Solo imputaron a dos sonidistas?, nos preguntamos.

Por eso nos comunicamos con Ezequiel Britos Krautzer, amigo y casi mánager de Agustín, quien estaba presente ese día y quien fue testigo de este nivel de corrupción que involucra a la Justicia cordobesa y a algunos de sus empresarios más prolíferos.

Ezequiel nos contó sobre el momento en que vio a su amigo morir, sobre las risueñas decisiones del fiscal Ricardo Mazzuchi, la impunidad para con el dueño del Teatro del Sol, Pablo Cava, la policía y la justicia local.

Como resultado, hay dos imputados que son los sonidistas de Agustín: Federico Murúa y Pascual Escalante, quienes trabajaban para una empresa que prestaba estos servicios.

Ezequiel dejó un comunicado en su Facebook que vale la pena leer y donde explica más información acerca de este músico muerto por la corrupción del sistema.

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Posted by Eze Britos Krautzer on miércoles, 28 de octubre de 2015