El líder de Viejas locas e Intoxicados pasa sus días en la prisión esperando el juicio mientras sufre de obesidad mórbida, diabetes y los efectos de la abstinencia a las drogas.

Como se cumplieron los tres años sin condena fija sus abogados pidieron el traslado a una clínica psiquiátrica para que puede ser tratado mejor.

Así abandonó el penal de Ezeiza, donde se encontraba recluido en un ala para pacientes con trastornos psiquiátricos. y llevado a una clínica especializada.