El 8 de diciembre de 1980 el mundo miró conmocionado cómo Mark Chapman había asesinado a John Lennon, quien era por aquel entonces no solo un músico sino una voz símbolo de paz e igualdad. 

Desde el año 2000 el hombre, que está detenido en la prisión de alta seguridad de Wende, en Nueva York, viene pidiendo el beneficio que hasta ahora la Justicia no se lo viene otorgando. 

Chapman fue sentenciado en su momento un mínimo de 20 años y un máximo de cadena perpetua; y comenzó a pedir la condicional una vez que había cumplido dos décadas de prisión. 

"Creí que matando a John Lennon me convertiría en alguien, y en lugar de eso me convertí en un asesino, y los asesinos no son nadie", expresó en su momento Chapman. Pero, a pesar de su supuesto arrepentimiento, la Justicia sigue manteniéndose firme. 

Chapman hoy tiene 63 años, y si hubiera sido cualquier asesino común y corriente, ya podría haber gozado de la libertad condicional. Pero su homicidio (y la lista de víctimas que traía consigo) lo hicieron aún más grave. 

Según recogen medios locales, la junta ha reconocido en esas ocasiones que Chapman tiene un historial penitenciario "limpio" desde 1994, pero también que actuó con premeditación y en busca de "celebridad", por lo que liberarlo iría "contra la ley".

El diario Daily Mail indica que en los últimos meses el estado ha decretado la libertad condicional a asesinos de policías y niños a los que se les había denegado esa opción en anteriores ocasiones.

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