“Sí, estoy loco por la leche, soy adicto", dice Bas de Groot a los medios de comunicación, que se acercaron extrañados a este hombre catalogado y condecorado como el primer catador de leche del mundo.

"Solía beber unos cuatro litros diarios. En el desayuno, almuerzo, cena… aunque me quedara en el sofá delante de la televisión con una bolsa de papas fritas, bebía leche. Ahora tomo un poco menos, pero sólo leche pura o biodinámica“, dice Groot.

“Cada vaca da su propia leche, por lo que todos los granjeros en los Países Bajos tienen una leche única. Me fascina enormemente qué componentes afectan el sabor de la leche“, cuenta.

Bas organiza regularmente catas de leche, ya que es la primer persona en el mundo en haber obtenido el título de catador profesional, aunque muchos de los que están leyendo esta nota seguramente podrían competirle.

Bas afirma que tanto la raza de la vaca y su dieta influyen en gran medida el sabor de la leche: "El sabor de la leche de vacas alimentadas con pasto es claramente diferente, más afrutado. El almidón del maíz da a la leche un sabor diferente, más completo, pero a menudo con una amargura en el retrogusto”.