Pedro Cabrita, de 44 años, conservó el cadáver de su madre, María João, en la casa en que vivieron juntos, en Almargem do Bispo, Portugal, porque no puedo cumplir con su último deseo: ser incinerada.

Al no tener dinero, el hombre no puedo llevar a cabo la cremación, por lo que decidió mantener el cadáver de su madre en su casa para que no lo obliguen a enterrarla.

En una entrevista con el sitio Daily News, Pedro, que en este momento se encuentra desempleado, dijo que todo se trató de “un acto infantil”.

“Mi madre quería ser incinerada y la única manera era esperar que no la entierren, porque no tengo posesiones, no tengo nada. Mi madre no dejó nada escrito, solo habló conmigo. Sin saber qué hacer fui ocultando las cosas durante un tiempo”, dijo.

Finalmente, el cuerpo fue descubierto el pasado lunes luego de que Peter se desmayara en la puerta de su casa. Todavía no saben lo que harán con el cadáver.