La policía de Cataluña entró en un domicilio de Girona, luego de que la dueña de un departamento denunciara que sus inquilinos no querían pagar el alquiler. Cuando se presentaron los uniformados sintieron un olor nauseabundo en el domicilio, y tras una situación de gritos, decidieron inspeccionar la casa.

Los oficiales se encontraron con el cadáver de un niño de 7 años, envuelto en mantas en uno de los dormitorios. Según la agencia EFE, el cadáver del menor fue trasladado al instituto de medicina legal de la región para que se le realice la autopsia, y los padres detenidos tras prestar declaración.

El cuerpo llevaba más de una semana muerto y no tenía signos externos de violencia, aunque estos datos serán constatados con el resultado de la autopsia.

Los dos hermanos de la víctima, menores adolescentes, quedaron a cargo de la Dirección General de la Infancia y la Adolescencia (DGAIA), y fueron trasladados a un centro de salud psicológica.

Los agentes mantienen abierta la investigación, entre otras cosas también para esclarecer porqué no alertaron de la muerte del niño y convivieron con él durante semanas.